Y comienza la tercera semana de confinamiento sin
final aparente a la vista. Recomiendo encarecidamente leer la actualización de
esta semana escuchando la Danse Macabre de Camille Saint-Saëns. Si
prefieres algo más moderno también tienes It's
the end of the World as we know it, de REM. Sin razón especial, simplemente
porque le pega a estos tiempos que estamos viviendo. Si estás leyendo esto para
desconectar del coronavirus, malas noticias para ti.
En realidad espero que todos los que estén leyendo
esto tengan papel higiénico y salud en grandes cantidades, que parece que es lo
más importante en estos tiempos. Eso y tener perro, que tener perro es como
poseer un salvoconducto que te hace invisible a la visión por movimiento que
tiene la policía.
De hecho, se está creando una brecha irresoluble entre
la gente que tiene perro y la gente que carece de perro. Antes de la pandemia
veía a esos pobres desgraciados paseando a los animalillos al punto de la
mañana, un día de enero con escarcha aun en la calle, y pensaba “cómo me alegro
de tener gato”. Hoy aparto un poco la cortina y, con los ojos entrecerrados,
apuñalo con envidia a todos los paseantes que veo en la calle*.
Por no hablar de la brecha que se está creando con la
gente que trabaja desde casa (en pijama/ropa interior) y la gente que tiene que
salir de casa, al peligroso mundo exterior, a trabajar. Esa gente… perdón [se
hace el interesante fingiendo que le pasan información por el pinganillo] me
comentan que el Presidente ha decretado la paralización de todos los trabajos
no esenciales. Bienvenidos todos a las vacaciones.
Es el momento de hacer turismo interior ¿Cuánto hace que no
visitas esa habitación especial de tu casa?
En estas vacaciones obligadas vas a poder disfrutar de
cosas como el cambio de hora, que cuando estoy escribiendo esto aun no ha
ocurrido pero que cuando lo estés leyendo tú ya habrá pasado. Esto es porque ya
no sé en qué día vivo y el sábado creía que era domingo, pero no importa. Como
el cambio de hora, que te va a dar igual que las dos sean las tres porque vas a
seguir en el mismo sitio.
Es curioso como en todas las ambientaciones de
pandemias zombie son los gobiernos los que infravaloran al virus y ocultan
información a los ciudadanos; y que la gente, como es tontísima, no hace caso a
las enormes señales de que todo va mal y se contagia. Pero la realidad resulta
que es diferente, que los gobiernos siguen infravalorando al virus pero son los
grandes empresarios los que dicen a la gente “huy, si dejas de trabajar el
motor económico se para, y eso es muy malo”. Y claro, no puedes decirle a
alguien que curre de lunes a viernes para que llegue el fin de semana, su único
momento de descanso de la semana, y tenga que estar encerrado entre cuatro
paredes.
Las autoridades sanitarias advierten que las quedadas en VR
Chats pueden perjudicar seriamente la salud (mental).
Porque este fin de la sociedad está siendo
decepcionante. Ya me defraudó 2012, pero es que 2020 está siendo demasiado
tranquilo como apocalipsis. Tenemos comida, internet, películas… lo único que
tenemos que hacer es quedarnos en nuestras casas (que son presumiblemente
cómodas y hogareñas). ¿Dónde están los saqueos? ¿Dónde están las bandas
sembrando el caos en las calles? Aún no he visto nadie coleccionando los
cráneos de sus enemigos derrotados.
De hecho, y a modo de colofón final esta semana, os
voy a contar una anécdota personal: hace dos días tuve mi primera reacción
alérgica. Se me hincharon las manos y los pies hasta el punto de tenerme que
quitar el reloj, se enrojecieron y tenía un picor insoportable. Estaba entre
cagao de miedo porque no sabía qué me pasaba y emocionado porque era la primera
vez que me ocurría.
El caso es que la reacción alérgica era una espada de
doble filo: por un lado me rompía la monotonía con una novedad, por otro lado
tenía que ir al hospital a que me pusieran un antihistamínico. Estando como
están las cosas, fue un “jaja, de ninguna forma”. Vasito de leche (que es mano
de santo) y a dormir a la cama para no ir a la barra libre de virus que es el hospital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario