domingo, 26 de abril de 2020

¿Por qué esta la calle petada de gente si es mi primera cuarentena?




Lo primero que quiero decir esta semana es que siento muchísimo haber dicho la semana pasada que ya podían salir los niños a la calle. Por lo visto es ESTA semana y no la ANTERIOR semana cuando hordas de personas que aun no han conocido la pubertad podrán adueñarse de las calles y sembrar el caos. Que a mi realmente me da igual, que hace tiempo que dejé de tener 14 años y soy más de interior que un ficus benjamina.

De esta forma los niños se unen a otros colectivos privilegiados que pueden gozar de libertad, como los repartidores o la gente que tiene perro. Yo ya estoy preparando frases para gritarles a los niños, como “tus padres no te quieren” o “los Reyes Magos no existen”. Increpar a los niños puede ser mi próximo hobby, bajo la falsa excusa de que envidio su libertad, claro. Pero vamos, que auguro que veremos a gente mayor quitándose una década en el DNI para poder salir a la calle con un juguete.

Mira, este domingo día 26 se puede sacar esta foto para explicar cómo se ha comportado la gente.

domingo, 19 de abril de 2020

Joder, sigue siendo mi primera cuarentena






¿Os acordáis cuando se podía salir a la calle? Cuando el viento nos acariciaba la piel, los niños gritaban en los parques, no mirábamos con envidia a los que paseaban perros y Madrid tenía una cúpula de contaminación que mantenía a los madrileños dentro de su ciudad.

Ahora mismo podría hacer un montón de chistes sobre el éxodo madrileño, que parece que odiarles es la moda. Pero no lo haré. Porque tengo amigos madrileños que no se merecen eso. Y porque ya se han hecho todos los chistes habidos y por haber en Twitter, y hacerlos aquí sería repetir y repetir lo mismo.

Ser odiados por el resto de España es el precio que pagó Madrid por tener tan deliciosa agua.

domingo, 12 de abril de 2020

Resulta que sigue siendo mi primera cuarentena





Hola, página en blanco. Soy yo. Otra vez.

Sé que hace mucho que no hablo de cosas históricas en el blog, pero me hice la absurda promesa de que no hablaría de cosas históricas durante la cuarentena. Esa promesa tenía sentido cuando en teoría íbamos a estar un par de semanas sólo, y pensaba que serían un par de semanas de monólogo absurdo y chistes baratos, pero resulta que no. Podría dejar de hacerlo, pero rompería mi promesa. Y como hombre con un código moral del siglo XIX que soy, el honor lo es todo. ASÍ QUE LA PROMESA SIGUE EN PIE.

Es posible que te hayas dado cuenta, si eres uno de esos hackers que me espían a través de la webcam, de que paso mucho tiempo delante del ordenador. Esto es porque, en ausencia de luz solar, he decidido que la pantalla del ordenador suplirá la carencia de luz natural. Ah, ya noto como el futuro ciberpunk se va acercando cada vez más a mi vida diaria. Pronto llegarán los mejoras biónicas chulas.

Ojalá poder ir a comprar el pan el coche para sentirme así en la carretera.

domingo, 5 de abril de 2020

Oye, ¿Por qué sigue siendo mi primera cuarentena?



¿Os acordáis de cuando para estas fechas había una cosa que se llamaba “Vacaciones de Semana Santa”? ¿Os acordáis de lo inocentes que éramos y esperanzados que estábamos? No sacar a los santos porque llueve ahora parece un capricho infantil, una excusa barata para no salir de casa porque te da pereza ir de procesión. Quiero decir, lo peor que te puede pasar si llueve es que te mojes, pero con el coronavirus por las calles a lo peor la palmas. Y morir es bastante peor que mojarse, por lo menos en mi escala de valores.

El confinamiento va genial. Sigo saliendo a la terraza, pero ya no tengo que gritar a nadie porque se han debido de dar cuenta que va para largo, y se han cansado hasta ellos mismos de escuchar las mismas canciones en bucle todo el rato. Eso sí, el “Resistiré” de las 20:00 es puntual, como siempre.

Volviendo de comprar cuatro cosas en el Mercadona.