El otro día una discusión educada (considerando
“educada” a una discusión de esas en las que no hace falta empezar a pegarse
puñetazos y patadas para dar fuerza a tus argumentos) motivada por la película
“Mientras dure la guerra”. El tema de conversación era “los primeros compases
de la Guerra Civil”.
Los lectores veteranos recordarán, aunque hace mucho
que no hable de ello, que una de las cosas que más me gusta de la Primera
Guerra Mundial es el caos y el espíritu de ensayo-error que tienen muchos de
los adelantos. Pues si fueran un archivo, los primeros compases de la Guerra
Civil tendrían el nombre
“PrimeraGuerraMundial_1.2[no oficial]_SKIDROW_no-cd.rar”. Y muchas comillas
estoy utilizando en estos dos primeros párrafos.
Zaragoza, por ejemplo, tiene un par de semanas que no
sabe si posicionarse con un bando o con otro porque tiene una posición
estratégica… jodidilla. Huesca, a su vez, envía un telegrama cifrado a Zaragoza
preguntando si se subleva o qué hace, al más puro estilo de la pregunta “¿Hoy
se sale?” que hace el pesao que tiene que haber por ley en todos los grupos de
whatsapp.
- Que sí, que yo estoy con la República a tope. Jajaja.
- Cabanellas ¿Es eso un porro?
- Jajaja ¿qué?