El otro día una discusión educada (considerando
“educada” a una discusión de esas en las que no hace falta empezar a pegarse
puñetazos y patadas para dar fuerza a tus argumentos) motivada por la película
“Mientras dure la guerra”. El tema de conversación era “los primeros compases
de la Guerra Civil”.
Los lectores veteranos recordarán, aunque hace mucho
que no hable de ello, que una de las cosas que más me gusta de la Primera
Guerra Mundial es el caos y el espíritu de ensayo-error que tienen muchos de
los adelantos. Pues si fueran un archivo, los primeros compases de la Guerra
Civil tendrían el nombre
“PrimeraGuerraMundial_1.2[no oficial]_SKIDROW_no-cd.rar”. Y muchas comillas
estoy utilizando en estos dos primeros párrafos.
Zaragoza, por ejemplo, tiene un par de semanas que no
sabe si posicionarse con un bando o con otro porque tiene una posición
estratégica… jodidilla. Huesca, a su vez, envía un telegrama cifrado a Zaragoza
preguntando si se subleva o qué hace, al más puro estilo de la pregunta “¿Hoy
se sale?” que hace el pesao que tiene que haber por ley en todos los grupos de
whatsapp.
- Que sí, que yo estoy con la República a tope. Jajaja.
- Cabanellas ¿Es eso un porro?
- Jajaja ¿qué?
Y es que Cierzovilla había acogido el 1 de mayo de
1936 el congreso nacional de la CNT porque era el núcleo anarquista más grande
después de Barcelona. Lo cual quiere decir que, apenas un par de meses antes
del Alzamiento, Zaragoza era un hervidero de anarquistas por los cuatro
costados. Y sin embargo es una ciudad en la que triunfa la sublevación. ¿Cómo es esto posible?
Respuesta corta: con una buena cara de póker.
Respuesta larga:
Respuesta larga:
El General Cabanellas, jefe de la 5ª región militar,
había tenido un pasado republicano y masón. Dos de sus hijos participaron en la
insurrección republicana de Jaca en 1930. Con ese expediente parecía que iba a
ser un militar leal al gobierno, pero Mola era muy seductor y se lo trajo a la
lista de generales sublevados. Sus discursos ambiguos sobre mantener la
legalidad republicana también ayudaron a que, por lo menos, los movimientos
obreros de Zaragoza no se opusieran a él desde el primer momento.
¿Quién puede decir "Emilio, que no me sublevo" a esta carita?
Vera Coronel, el gobernador civil siguió las órdenes
del gobierno de no repartir armas entre los sindicatos para que el Estado
siguiera teniendo el monopolio de la violencia. Ahí estaban los sindicalistas
rondando los cuarteles con la secreta esperanza de que los políticos cambiaran
la opinión y ordenaran el reparto de armas como reparten caramelos la cabalgata
de los Reyes Magos.
Luego llega la proclamación del estado de guerra y las
detenciones de políticos que pertenecían al Frente Popular. Cabanellas también detiene
al relevo que envía la República desde Madrid (que no se fiaban de Cabanellas
porque vete a saber tú qué). Pero da un discurso diciendo que él es muy
republicano y mucho republicano, y Cabanellas no puede mentir ¿no? ¿NO?
Los obreros deciden tirar la casa por la ventana y,
ante las sospechas, se declaran en huelga como protesta. Pero leales a
Cabanellas están la Guardia Civil y la Guardia de Asalto, además de un montón
de requetés con ganas de marcha que llegaban desde Navarra. Fuerzas policiales
y requetés con ganas de gresca vs. obreros desarmados. Así que la huelga apenas
dura del 20 al 24 de julio.
- Qué, Miguel, ¿defendiendo la República?
- Justo hoy no, jajaja
- ¿Cómo que...?
- ¡GUARDIAS!
Y, claro, la gente empezó a sospechar que quizá el
hecho de que Cabanellas hubiera sido nombrado jefe de la Junta de Defensa
Nacional de Burgos estuviera un poco reñido con su adhesión al gobierno
legítimo.
Con todo esto quiero decir que los primeros compases
de la Guerra Civil fueron confusos. Después de todo, si algo caracteriza una
guerra civil es que ambos bandos poseen un punto de partida similar, ya que
ambos bandos se nutren de las mismas masas sociales que se ven arrastradas
hacia uno y otro espectro. Por ejemplo, aquella clásica anécdota en la que una
columna de sublevados es ametrallada por otros sublevados porque utilizaban la
bandera tricolor republicana, aceptada durante un tiempo en el bando
nacionalista.
Pero vamos, que para justificar una discusión ya es
suficiente parrafada.
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