Si te perdiste la primera parte, aquí la tienes.
Como podrás adivinar, el hombre es el único animal que tropieza dos veces con
la misma piedra. Yo tropiezo con gusto y todo, parece ser, a la vista de los
resultados.
Si la otra ocasión fue un pronto puntual, una alocada compra
fruto de un día extraño en el que tire la casa por la ventana, esta vez ha sido
una sesuda partida de ajedrez en comparación. Comparación de precios en varias
tiendas online, en Ebay, gastos de envío cotejados, tasas impositivas
calculadas a parte… todo un despliegue aritmético al que no estaba acostumbrado
desde que decidí meterme por la rama de las humanidades.
¡Hasta tuve que hacer varios presupuestos para que mi madre
aprobara uno antes de poder hacer la compra en sí!