domingo, 24 de abril de 2022

A los nazis les gustan grandes

 



Concretamente, enormes ¿Los tanques? grandes ¿Los cañones ferroviarios? monstruosos ¿Los trenes? que no me quepan en la boca. Perdón, eso último quizá es una traducción demasiado libre del alemán.

Pero vamos a centrarnos en los trenes gordos. Porque Europa no era Estados Unidos y su fetiche guarro con los coches, y la aviación de pasajeros tampoco había pegado el petardazo. Si te querías mover largas distancias por el continente, lo tuyo era el ferrocarril. Y Adolf Hitler lo tenía claro: trenes bien pepinos.

A ver, que no seré yo quien defienda a Hitler, pero algo de razón tenía. Y voy a matizar antes de que se me cancele.

En los años 30, quien partía el bacalao era Gran Bretaña, y Gran Bretaña era un imperio marítimo, con sus transatlánticos y sus buques de carga la hostia de grandes. Así que Alemania, que en el mar era ni fu ni fa, se centró en establecer su imperio continental. ¿Y qué transportaba rápidamente (para los estándares de velocidad de la época) pasajeros y mercancías? El tren.

La web de Renfe sigue usando arquitectura web de los años 30, solo así se explica que se cuelgue cuando más de tres personas navegan por ahí a la vez. 

lunes, 18 de abril de 2022

La Guerra de Corea



Uno de esos conflictos bonitos de la Guerra Fría, que son como pequeñitas guerras mundiales, pero no lo son, es la Guerra de Corea.

Resulta que cuando estallan las bombas atómicas, la Península de Corea estaba ocupada por el Imperio Japonés y los soviéticos estaban ocupados derrotando a Manchukuo, una especie de China títere colaboradora de los japoneses, que se habían montado para ellos, y que estaba en la zona de arriba de la actual Corea del Norte.

Y bueno, que los rusos no dijeron “cuidao, camaradas, que estamos entrando en lo que viene a ser Corea”, aprovecharon el descuido y siguieron avanzando por la Península de Corea hasta el famoso Paralelo 38. Allí es donde se encontraron con los americanos, que habían desembarcado en el sur y tampoco habían dicho “cuidao, muchachos, que estamos entrando en lo que viene a ser Corea”. Y ya tienes dos Coreas, la Corea de Arriba™ y la Corea de Abajo™.

Ahora sabemos que McArthur tenía razón, y dos no eran suficientes.

domingo, 10 de abril de 2022

Edad Media ¡qué progreso!



Estoy hasta los cojones de ver por ahí un corta-pega de lo puta mierda que era la Edad Media. Y sí, la Edad Media era una puta mierda, no lo voy a negar. Pero en la Edad Media intentaban no vivir en la puta mierda, porque a nadie le gusta vivir en la puta mierda. Simple y llanamente. No voy a poner imágenes, porque suficiente tocho ha salido esta semana.

La primera frase ya empieza así:

Al visitar el Palacio de Versalles en París, se observa que el suntuoso palacio no tiene baños.

Porque el siglo XVII es “Edad Media”, tócate los cojones. Todo el mundo sabe que la Edad Media dura hasta que empieza el siglo 19. Y leer los siglos en números normales va a ser lo menos incorrecto que va a ocurrir a lo largo de esta entrada. Porque fíjate, no hay baños en Versalles. Obviamente no puede ser porque los baños de la época eran baños muebles, sin fontanerías empotradas ni cosas así. Qué guarros eran en Versalles, que no tenían duchas con hidromasaje.

En la Edad Media, no había cepillos de dientes, perfumes, desodorantes, y mucho menos papel higiénico. Los excrementos humanos eran lanzados por las ventanas del palacio.

En la Edad Media los culos no se limpiaban. Era normal que la gente se cagara encima todo el rato. Una costumbre muy medieval era la de esperar que un calvo pasara cerca de las ventanas del palacio, para arrojarle con violencia heces y provocar las risas de los cortesanos cuando se le acertara en su calva con el material fecal.

En un día de fiesta, la cocina del palacio pudo preparar un banquete para 1500 personas, sin la más mínima higiene.

De hecho, eran tan guarros que, de haber existido tal espacio en la distribución de Versalles, se habría cocinado en el baño.