Mañana no habrá entrada porque es Navidad, pero os dejo la felicitación navideña de este año.
sábado, 24 de diciembre de 2016
lunes, 19 de diciembre de 2016
La línea P
Los Pirineos, antes de convertirse en un nido de turistas amantes del esquí y otros
deportes decadentes que tiene que ver con la nieve y/o el Rey en Baqueira Beret,
era una frontera natural. Hoy en día sigue siendo una frontera natural, pero cruzar
los Pirineos en invierno en la Edad Media debía ser jodido.
A ver, no eran los Alpes, pero seguía siendo peligroso. Nieve profunda,
desprendimientos, animales salvajes y cosas peores aguardaban al viajero que no
iba por los tres o cuatro puertos de
montaña habitados que había. Y por los que se solía pagar dinero por pasar.
Pero claro, es como las autopistas de peaje, que si quieres llegar rápido y
bien a tu destino tienes que sacar billetero. Y si va mal, la rescatan con
dinero de todos, pero no me tiréis de la lengua, que no voy por ahí hoy.
Durante toda la Guerra Civil, los Pirineos se convirtieron
en una zona de paso de los miles de refugiados que buscaban la seguridad del
suelo francés. Auténticas mareas humanas huían siguiendo la trayectoria de las
carreteras (en el lado republicano). En el lado nacional personas o familias
intentaban cruzar la frontera campo a través, por donde nadie pudiera darles el
alto.
La Guerra Civil había enseñado a Franco que los Pirineos
eran importantes porque, como en toda península, formaban una zona fácil de
defender por la que obligatoriamente tendrían que pasar el eventual invasor.
Por eso, cuando la Segunda Guerra Mundial empezó a tornarse oscura para sus
aliados (no oficiales) del Eje, empezó a idear la “Línea Pirineos”. Abreviada
como “Línea P” o nombrada en clave, en un alarde de originalidad, como “Línea
Pérez”.
La "P" tenía mucho potencial para ofender a gente con obscenidades. Pero prefirieron que fuera "Pirineos".
domingo, 11 de diciembre de 2016
[Análisis] Civilization V
Me encanta jugar a videojuegos. Un montonazo. Un nivel 48 en Steam no es moco de pavo, precisamente.
Mis géneros preferidos han sido los RPG y los juegos de
estrategia. En mi TOP10 se cuelan varios Fallout, el Skyrim, un puñado de Total
War y el Age of Empires II. Pero el juego del que os voy a hablar hoy es el
Civilization V.
No hace mucho que salió la sexta entrega y yo sigo jugando a
la quinta, acumulando horas y horas de juego (actualmente 233). Creo que, en
los tiempos muertos en los que he abierto el juego, habré experimentado un poco
con prácticamente todas las civilizaciones. Y eso incluye algunas de las civilizaciones
menos atractivas que he visto en mi vida.
Porque eso tengo que reconocérselo al señor Civilization: te
habla de culturas que salen de tu zona de confort eurocentrista. No estoy
hablando de culturas lejanas pero conocidas (como India, Siam o los zulúes),
estoy hablando de civilizaciones que nadie se había parado a pensar que estaban
ahí (como los etíopes, Polinesia, Asiria o los shoshoni). El juego da a elegir
al jugador qué civilización quiere ser, en igualdad de oportunidades, con sus
pros y sus contras.
Como te sientes jugando a Civilization.
domingo, 4 de diciembre de 2016
Un análisis chorra y superficial basado en un cómic sobre la Revolución Cubana (vol. II)
La semana pasada ya comenté todo lo que tenía que comentar sobre este despropósito, pero voy a refrescar un poco la memoria: estoy resaltando las viñetas mas infamemente brillantes del cómic propagandístico "Rebelión". Dicho cómic nos cuenta las andanzas de los principales revolucionarios durante la Revolución Cubana y, aunque no es del todo malo (y no tiene nada que no tenga un "Hazañas Bélicas" o similares) hay momentos en los que se deja llevar por el romanticismo/idealismo del momento.
Y justo eso es lo que busco. Detalles absurdos imperdonables. Para señalarlo y reírnos todos.
En socialismo.
Dato 15: Mannequin Chalenge edición 1957.
Dato 16: El Che usa una Luger Parabellum. Jaque mate una vez más, comunistas.
martes, 29 de noviembre de 2016
Un análisis chorra y superficial basado en un cómic sobre la Revolución Cubana
Castro ha muerto. Si te acabas de enterar ahora, llevas algo
de retraso (porque fue el sábado). Pero no te preocupes, yo también llevo un
poco de retraso porque he estado enfermito y no he podido escribir cuando
tocaba. Si tú me perdonas, yo te perdono.
Fidel Castro pudo ser muchas cosas, pero es imposible explicar
el devenir de la Guerra Fría sin mencionarlo. Y hoy, voy a analizar la obra más fun-da-men-tal para entender la Revolución Cubana que se me ocurre: mediante un
“Hazañas Bélicas” propagandístico y socialista. Me lo compré la semana pasada en las calles de La Habana. Es la reedición de 2016 de un clásico que cuenta las andanzas de los principales personajes de la Revolución. Ironías de la vida, la reedición era para conmemorar los 90 años de Fidel Castro.
Según me han dicho, alguien (guiño-guiño, codazo-codazo) ha resubido los escaneos del cómic, que ha encontrado por internet, a esta dirección de MEGA:
https://mega.nz/#!B8M0HCpQ!sP4doemFlxQZ3wY9sVFYK9c4lySsZYawxNNW8qQiHJk
Pero bueno, pasemos a comentar los principales aspectos y viñetas que me llamen la atención del cómic.
Dato 1: Los revolucionarios cubanos tienen un yate, Jaque mate nada mas comenzar, comunistas.
Dato 2: En la primera página ya aparece el protagonista completamente desarrollado: heroico y magnánimo.
Dato 3: Por el contrario, el "campesino traidor genérico", es feo y servil. Toma topicazo.
domingo, 20 de noviembre de 2016
Make America British again
Estas dos semanas anteriores he estado de vacaciones e
incomunicado con el mundo exterior y no he tenido tiempo para actualizar el
blog. El jet lag hizo el resto, convirtiendo esta semana en una espiral de
decadencia horizontal en la que las siestas se enlazaban con el tiempo de
descanso nocturno.
Y de repente, llego a mi hogar y descubro que ha ganado
Trump. ¿En serio? ¿es que no se os puede dejar solos?
La actualización de esta semana va ser algo personal.
Después de que Inglaterra quiera romper con la Unión Europea
con todo ese tema del BREXIT, con ese nacionalismo exacerbado y, en general,
ese aire de superioridad elitista que ha rodeado a Gran Bretaña desde siempre, va siendo hora de que asiente la cabeza y busque algún amigo.
¿Y quién comparte una visión parecida? Donald Trump. Vale que la visión de
Trump está mezclada con toda la filmografía de Charlton Heston y con la “Doctrina
del destino manifiesto”, pero ambos países pueden atender a las cosas que les
unen en estos momentos. Como la xenofobia.
Y esta es mi sugerencia en cuanto a bandera.
domingo, 30 de octubre de 2016
La Guerra Fría II (1953-1991)
En 1953 murió Stalin y la Unión Soviética asumió nuevo
liderazgo de la mano de Jrushchov. China se enfadó y rompió relaciones
diplomáticas con la URSS porque no le gustaba más Stalin que Jrushchov.
Berlín seguía dividida y disputada entre los dos bloques. La
fuga de gente del Berlín Oriental al flamante Berlín Occidental, en el que
disfrutaban de los parabienes del Plan Marshall, era un goteo constante de
evasiones. Para evitarlo, se construyó la idea más brillante desde que a los
chinos se les ocurriera construir la Gran Muralla China (y hasta que Trump
logre hacer algo): un muro, alto, con ametralladoras y cosas amenazadoras con
púas, que se iría reforzando y mejorando con el tiempo para hacerlo más grande
y más amenazador.
Las dos potencias se apuntaban sus cacharros nucleares a la
cara y amenazaban con dispararlos. Para que el otro recibiera más daño del que
infligía, ambos bloques empezaron una carrera armamentística sin precedentes.
El desarrollo de armas llevó a que el hombre pudiera lanzar chatarra al espacio
por primera vez en 1957, con el lanzamiento del Sputnik. En 1961 lanzaron por
el espacio a Yuri Gagarin, que volvió sano y salvo.
Módulo espacial Vostok-1 en el que viajó al espacio Gagarin. Nótese la mantita espacial, que allí arriba hace algo de fresco.
domingo, 23 de octubre de 2016
La Guerra Fría I (1945-1953)
Hubo un tiempo en el que todo era más puro y más sencillo.
Un tiempo en el que el pitido de una lucecita roja de la consola de algún lugar
del mundo podía desatar un holocausto nuclear en Berlín (mismamente). Eran
tiempos bellos, era la Guerra Fría.
Y hacía mucho que me había ido de la Historia Contemporánea,
qué demonios.
La Segunda Guerra Mundial se había acabado, dejando buenísimos
videojuegos como los Primeros Call of Duty. Tom Hanks había encontrado a Ryan y
poco más había que hacer. Hasta entonces, Rusia había sido colegui de las demás
potencias mientras Alemania recibía lo suyo porque había sido un niño malo.
Pero cuando Alemania hubo aprendido la lección, Estados Unidos se dio la vuelta
y dijo “chicos, ¿os habéis dado cuenta de que Rusia es un sucio comunista?”.
En ese momento todo el mundo fingió sorpresa (sobre todo Inglaterra,
que había estado boicoteando la Rusia soviética en la guerra civil rusa) y
Stalin se encogió de hombros mientras decía “pues en Yalta y Potsdam poco os
importaba ¿eh?”.
Y de esta forma se dividió el mundo en dos polos de poder
enfrentados entre sí: el bloque comunista y el bloque democrático. Directioners
y Beliebers, pizza con piña y pizza sin piña, Pepsi y Cocacola, Apple y gente
con dos dedos de frente. La rivalidad eterna. La lucha sin final.
El joven Ivan Ivanovich llega en 1945 a Berlín con media botella de vodka y una mochila llena de sueños
domingo, 16 de octubre de 2016
Día de la controversia anual
El Día de la Hispanidad es como echar kétchup al arroz
blanco (o piña a la pizza). A unos les encanta y a otros les parece una herejía que debería
desaparecer. Ahora, que ya han pasado algunos días y todos nos hemos relajado
en Facebook, voy a contar lo que opino de todo eso.
En primer lugar, lo dejaré bien claro: me gusta España, pero
no me gusta ser español.
¿Cómo es esto? Tranquilos, que me voy a explicar. España,
como país, me parece la hostia, Decir España es evocar muchos pasajes de la
Historia que merece la pena recordar (y que no voy a enumerar porque cada uno
tendrá los suyos preferidos). Visitar España es algo obligatorio para aquellos
turistas culturales que recorren Europa y están interesados en algo más que el
sol, la playa y el alcohol barato.
Por el contrario, ser español está denostado. No por esa
herencia cultural a la que me he referido, sino por cómo se nos considera en el
panorama internacional. España está relacionada con políticos inútiles,
corrupción y picaresca. En internet, a Felipe VI le llaman “King of thieves”.
Sin embargo, eso no es obstáculo para que la derecha más rancia se apropie del
discurso nacional y ponga la bandera nacional cubriendo todo, como quien barre
debajo del sofá para ocultar la mierda y olvidan a todos esos españoles que se
han tenido que marchar de su país por motivos laborales. Que, digo yo, también
es “su” día.
Llegando ya al meollo, se habla de “descubrimiento” no
porque se descubriera un nuevo continente, que ya estaba habitado y en el que
los vikingos ya habían paseado dando abrazos y repartiendo amor, sino por el
descubrimiento científico que supuso: la Tierra dejaba de tener dragones en el
borde, ya no era plana. De la misma forma, el hecho de que una manzana se
cayera del árbol impulsó a Newton a escribir sobre la gravedad, cuando las
manzanas llevaban cayéndose de los árboles bastante tiempo.
Hola, somos los vikingos. Puede que matáramos y saqueáramos un poco, y vale que ahora todos quieren ser como nosotros porque ningún vikingo es feo, pero no éramos como esos asesinos conquistadores españoles.
domingo, 9 de octubre de 2016
Dandis, hipsters del siglo XIX
La Revolución Industrial trajo un montón de cosas buenas que
hacen que, ahora mismo, puedas estar leyendo esto en la pantalla de tu
ordenador. Pero como todo en este mundo, también tiene una faceta oscura y
trajo cosas malas. Como la polución. O los dandis (del palabro original inglés "dandy").
Al contrario de los petimetres, con sus caras blanqueadas
como una pared de algún pueblo del mediterráneo y sus pelucas horrendas, no
resulta fácil decir si la estética dandi fue cosa del pasado. En los años 20
hubo un revival de la cultura dandi de la misma forma que ahora hay revivals de
las modas de los 90, y actualmente muchas celebridades podrían considerarse que
presentan aspectos de la estética dandi.
Las revoluciones Francesa y Americana habían llevado a la
palestra a un estamento social, la burguesía, que monopolizó el poder político
y sustituyó a las caducas elites nobiliarias. La revolución industrial asentó
en el poder a la burguesía. La transformación económica capitalista hizo el
resto: las costumbres ancestrales habían dejado de tener razón de ser, una
nueva era había llegado.
- Y yo le dije "¿a mi me vas a atracar con esas pintas? por-favor"
- Ya hay que ser valiente para atracar un chaleco tan pasado de moda
- Jajajaja
- Jajajaja
- Por cierto, tus pantalones ya no se llevan.
domingo, 2 de octubre de 2016
El Emperador Norton I
Norton fue el primer emperador que llevaba su nombre. Por
eso fue conocido como Su Majestad el Emperador Norton I. Hasta aquí todo
normal, un emperador más en la larga lista de megalómanos con poder que nos ha
dado la Historia. Pero lo singular de Su Majestad el Emperador Norton I es que
sus títulos eran el de “Emperador de los Estados Unidos” y el de “protector de
México”.
Hay que aclarar que el emperador Norton era, en realidad,
Joshua Abraham Norton, nacido en la Gran Bretaña de principios del siglo XIX.
Provenía de una familia acomodada de comerciantes que se mudaron a hacer
fortuna a las colonias británicas de Sudáfrica. Allí moriría su padre a
mediados de siglo.
Con la herencia de su padre, Norton emigró a Estados Unidos,
la Tierra de las Oportunidades. Concretamente, a San Francisco. Allí se
enriqueció gracias al comercio para después perderlo todo. Arruinado y con
todos sus bienes embargados, lo que le llevó a enemistarse con el gobierno de
Estados Unidos, que dejó de ser la “tierra de las oportunidades” para él.
Al morir, el Emperador Norton trascendió su forma humana y se convirtió en antivirus.
domingo, 25 de septiembre de 2016
Príapo
Hoy estoy un poco cansado (tanto física como
intelectualmente) y por eso voy a ir a lo fácil. Pollas. Enormes.
El 90% del humor tiene que ver con dobles sentidos (y sus
consecuentes malentendidos) sobre órganos sexuales. Ahí están chistes como el
del Perro Mistetas, que simbolizan el cénit del humor popular de nuestro
tiempo. Pero los romanos no eran de esas sutilezas.
Los romanos querían pollas. Pollas de proporciones absurdas
y tamaños que harían gritar de emoción a Jorge Javier Vázquez. Los romanos también
eran un pueblo que creía que el mejor plan para una primera cita era ir al
pueblo de al lado y raptar al máximo número posible de mujeres en edad fértil.
Insisto en lo de que los romanos no eran de sutilezas, por si no había quedado
claro.
Me pone 200 gramos de salchichón.
domingo, 18 de septiembre de 2016
Por qué odio la Prehistoria
De la mente creadora de “Por qué odio la Edad Moderna”,
llega… “Por qué odio la Prehistoria". La tan esperada secuela de todo un éxito
de la crítica.
Odio la Prehistoria. Si nos ponemos tiquismiquis, la
Prehistoria ni siquiera es Historia, es pre-Historia. O sea, “lo que va antes
de la Historia”. Porque hasta que no se inventa la escritura y a alguien le da
por escribir lo que le ocurre al explotador de turno (rey, basileus, sátrapa o
lo que sea), no existe la Historia.
O sea, que la Prehistoria es un montón de interpretaciones
hechas por un grupo de gente que más o menos intuye que sabe algo de aquellos
tiempos en los que la tradición oral eral lo último en medios de comunicación.
Gente peculiar que puede intentar ligar una noche diciendo “hola… ¿cazas o
recolectas?”.
Y esto es lo que ocurre cuando buscas en Google "prehistoria"
domingo, 11 de septiembre de 2016
11-S: cómo lo recuerdo
Han pasado 15 años ya y aun recuerdo el 11 de septiembre de 2001. Tenía 10 años y no
sabía qué estaba ocurriendo.
Recuerdo estar viendo TPH Club en casa de mi abuela. Ya
había acabado de comer y estaba esperando a que fueran las 15:00 para ir al
colegio. De repente, bajaron mis tíos corriendo y pusieron “La Primera”, sin
dejarme acabar lo que fuera que estaba viendo.
Era un directo, se veían dos edificios altísimos, del que
uno salía una densa columna de humo. Hablaban de un número ridículo de muertos
(poco más de una decena) y de que el fuego de las plantas superiores estaba
controlado. Nadie sabía qué estaba ocurriendo, en mi familia se barajaba la opción
de que fuera un incendio en el edificio, no queríamos creer que ningún ser
humano podía perpetrar algo así.
Y, sin embargo, ocurrió. En pleno directo, apenas unos
minutos de que todo empezara, un segundo avión chocaba contra la otra Torre
Gemela. Los locutores confirmaban el ataque terrorista y apenas llegaban a
articular frases completas porque ellos mismos estaban impactados. Era caótico,
pero las voces en off de los corresponsales se alternaban con espectaculares
tomas de las dos Torres Gemelas ardiendo desde un helicóptero. Incluso llegaban
noticias de que otro avión se había chocado contra el Pentágono.
domingo, 4 de septiembre de 2016
Postapocalipsis: una reflexión
He estado reflexionando sobre el auge de los mundos postapocalipticos. Hace unos años, la literatura zombie pegaba muy fuerte. Hoy, juegos como Fallout 4 acumulan más adeptos que señoras van al primer día de rebajas. Pero, ¿por qué gustan tanto?
Si nos remontamos unas décadas y observamos la cartelera,
veremos que las producciones cinematográficas tenían unos tintes apocalípticos,
pero relacionados con desastres naturales: Armaggedon, Independence Day, Deep
Impact, Volcano, Twister… por no entrar en la parafernalia asiática y mencionar
a Godzilla. En líneas generales, era el hombre superando a la naturaleza (y sí,
considero “naturaleza” a los aliens de Independence Day).
La cosa es fácil. El bloque soviético se había desmoronado.
Ahora que Rusia ya no era el enemigo que era antes, los antagonistas de las
historias habían dejado de tener acento ruso. Hollywood había superado su fase
de malos con acento alemán hace tiempo, así que ¿qué quedaba por inventar?
La naturaleza, esa taimada enemiga que siempre se abre camino entre las baldosas de la calle en forma de musgo/hierbajos. Esa cabrona que hace que llueva sobre tu coche cuando lo acabas de lavar. O que, espero que no vuelva a ocurrir, un pájaro que ha comido opíparamente se alivie sobre tu cabeza. La naturaleza está siempre ahí para joder tus planes.
domingo, 28 de agosto de 2016
Atenas y Esparta: una historia de amor y odio
Atenas y Esparta. Enemigos naturales. Una enemistad como la
del hermano pequeño y el hermano mayor, pero en la Grecia Clásica. El agua y el
aceite. El perro y el gato. El pokémon tipo agua y el pokémon tipo fuego. La
pizza y la piña…
Los atenienses habitaban el Ática, mientras que los
espartanos vivían en Laconia, en la Península del Peloponeso. Los
atenienses habían cimentado una posición comercial
y cultural muy importante, con colonias
por todo el Egeo, mientras que los espartanos habían conquistado el Peloponeso
por la fuerza (porque eran espartanos).
La enemistad se fraguó con los años. Los dioses eran
comunes, pero tenían formas de gobierno diferentes. No voy a decir que sus
sociedades fueran “opuestas”, pero sí que diferenciaban en muchos aspectos
culturales. Los espartanos consideraban a los atenienses como unos afeminados decadentes,
mientras que los atenienses consideraban a los espartanos unos tristes que no
sabían vivir la vida. No en vano, el adjetivo “espartano” ha quedado en el
imaginario popular como algo humilde y pobre, igual que “lacónico” es alguien
de pocas palabras.
En los discursos de la Grecia Clásica, te podías tumbar y seguir viendo al orador cómodamente, que se elevaba entre la multitud gracias a los pomposos cascos. Comportamientos similares se han identificado en guías turísticos de todo el mundo.
domingo, 21 de agosto de 2016
La Guerra Civil Española (el cómic)
Volvemos a las recomendaciones.
Aun a riesgo de resultar monotemático últimamente, hoy os
voy a hablar de “La Guerra Civil”, el trabajo de Paul Preston trasladado al cómic
de la mano de José Pablo García.
Primero, os debería introducir algo de Paul Preston, para
que sepáis cómo va esto. El bueno de Paul es uno de los hispanistas más
destacados en la actualidad. Es doctor en Historia por la Universidad de Oxford
y catedrático de Historia Contemporánea española, que ahí es nada. Junto con Raymond
Carr y Hugh Thomas son el triángulo de hispanistas especializados en el periodo
de la Segunda República y la Guerra Civil. Como las Supernenas, pero con
Franco.
Tanto las Supernenas Hispanistas como Julián Casanova
(amiguete suyo, de aquí) son conocidos por criticar duramente al régimen
franquista. Aunque se basan en estudios y en material documental, como todo
buen historiador, han levantado no pocas polémicas con estudiosos de la
historia más vintage. Con esto quiero decir que, si eres de esos que te gusta
leer a Pío Moa y César Vidal, probablemente no te guste Paul Preston.
Paul Preston, poco antes de arrebatarles el Arca del Alianza a los nazis.
domingo, 14 de agosto de 2016
Desconocimiento y tergiversación Problemas de “hablar por hablar”
Un amigo me pasó el otro día un artículo publicado en www.eldiario.es que, precisamente, hablaba de la recreación de la Guerra Civil que había tenido lugar en Fayón. Y, aunque ya hablé de lo que opino respecto a la recreación histórica, voy a decir unas cuantas palabras.
Empecé a leérmelo y
no tardé en decepcionarme. El título ya comienza con una palabra despectiva:
teatrillo. La recreación histórica, más allá de la parte lúdica que todos vemos
(la batalla, en este caso) tiene un gran proceso de investigación y de labor intelectual.
Puede sonar raro, pero el índice de estudios (o inquietudes intelectuales en el
caso de la gente mayor que no pudo acceder a estudios superiores en su momento)
es sorprendentemente alto en las recreaciones.
El hecho de que lleves una camisa o unos pantalones
determinados, significa que has estado indagando sobre la moda. Por ejemplo, ya
que estamos con la Guerra Civil, no es lo mismo la moda de los años 1936 y 1937
que ya avanzada la guerra, en 1938 y 1939. Las telas son más bastas y las milicias
han dejado paso a formaciones mucho más militarizadas (como el Ejército
Popular). Para ello hay que investigar, bucear en la Historia para empaparse de
la época en cuestión. Los buenos recreadores incluso adoptan la forma de hablar
o la mentalidad para perfeccionar sus papeles, tanto de militares como de
civiles.
Puede que se considere “Teatro”, con mayúscula, puesto que
todo está coreografiado minuciosamente, pero en ningún caso debería calificarse
como “teatrillo”: la dedicación de los recreadores y la minuciosidad de los
detalles lo alejan de los trajes de carnaval y acercan este tipo de eventos más
hacia el Séptimo Arte. El desembolso necesario para hacerse un traje de época también hace que solo los más
interesados y entregados se apunten a los eventos de recreación. Desde luego,
no puedes hacerte una idea de lo mierda que pudo ser la Batalla del Ebro hasta
que no tienes que asaltar una trinchera en alpargatas y a 42ºC, y eso que sabes
que vas a tener agua fresca cuando la necesites y que tu vida no está en peligro.
domingo, 7 de agosto de 2016
Hiroshima y Nagasaki
Tal día como ayer, pero en 1945, Japón recibía una dosis de
democracia. Si bien esa dosis era de 16 kilotones y Japón se la tuvo que tomar
por la fuerza.
Tenemos que situarnos en el final de la Segunda Guerra
Mundial. Europa ya estaba más o menos pacificada. Berlín había capitulado en
abril y en mayo lo había hecho Italia. El frente asiático, y concretamente
Japón, seguía aguantando de manera terca pero consciente de que no podía continuar
la guerra en solitario.
Pero Japón había cometido algunos excesos durante la
ocupación de casi toda la Costa Pacífica. No había que derrotarlo, había que
humillarlo y destrozarlo. Para que no volviera a dar mal al otro lado del
charco y, sobre todo, que no volviera a pillar por sorpresa a Pearl Harbor.
Toda precaución era poca para que no volvieran a hacer una película
protagonizada por Ben Affleck.
A lo que íbamos. La Segunda Guerra Mundial estaba acabando y
había que dar un puñetazo en la mesa de negociaciones, y Estados Unidos no se
ha caracterizado nunca por negociar en desventaja. Además, los japoneses habían
demostrado una resistencia fanática, prefiriendo la muerte a la derrota.
Hiroshima después de la bomba, El sueño húmedo de cualquier constructor español.
viernes, 29 de julio de 2016
Cerrado por viajes en el tiempo
Este domingo no habrá actualización. Estaré en Fayón en 1938.
Y en 1938 no había internet.
O si había, seguro que iba muy lento.
Y en 1938 no había internet.
O si había, seguro que iba muy lento.
domingo, 24 de julio de 2016
Recreación histórica [opinión personal]
A lo mejor esta semana he puesto menos humor del que os
tengo acostumbrados, pero también creo que ese humor ha sido sustituido por
reflexión individual, haciendo algo más personal la actualización de hoy.
Este lunes (¡un lunes! ¿a quién se le ocurre hacerlo un
lunes?) se celebró la III recreación de la Inauguración de la Estación de
Canfranc. La gente normal, en verano, se va de festivales de música a darlo
todo escuchando los grupos más populares. Yo, por mi idiosincrasia personal,
suelo ir a recreaciones históricas a disfrutar de otros tiempos.
Porque eso de viajar en el espacio es demasiado vulgar, lo
que se lleva ahora es lo de viajar en el tiempo. Mientras Salou o Benicassim
están llenos de gente, solamente unos pocos tenemos el gusto lo bastante
refinado como para viajar a 1928. Sin puertas del tiempo ni nada, solamente con
un medio de transporte que te lleve a la Estación Internacional de Canfranc.
Ya comenté hace un tiempo lo fácil que es dejarse llevar por
el paisaje en un paraje como Canfranc. Los ecos de una gloria pasada resuenan,
no sólo en la gigantesca estación, sino en todo el valle, y eso es precisamente
lo que atrae a tanta gente. El hecho de que el lunes 18 hubiera un montón de
personas vestidas de época, solo reforzaba esa sensación.
domingo, 17 de julio de 2016
Cómo dar un golpe de estado con éxito
Hola, soy Lord Timothy Worsworth-Moriarty III, el experto en
golpes de estado y amigo de los niños. Por si no lo sabíais, en la noche del 15
al 16, Turquía tuvo un intento de golpe de estado bastante chapucero. Así que vamos
a repasar cómo dar un buen golpe de estado como los de antes con unos sencillos
pasos, para que todo el mundo pueda dar golpes de estado satisfactorios e
instaurar autocracias y dictaduras bananeras.
Los golpes de estado lo solucionan todo, y lo que no pueden
solucionar, lo reprimen y ya está. Son el equivalente de “esconder debajo de la
cama para que no lo vea tu madre y decirle que has ordenado tu cuarto” de la
vida política.
Pero… ¿qué es necesario para dar un coup d'état cinco
estrellas?
Bienvenidos a la "República de Nueva Banania", nuestro simulador de golpes de estado en entornos controlados. Yo seré su guía.
domingo, 10 de julio de 2016
La Guerra de la Independencia de EEUU
Parece ser que Obama se está dando un paseo, de esos de
bienquedar, por España. Llegas, te haces unas fotos con los mandamases de turno
y con Rajoy, y te vuelves a Estados Unidos. Aprovechando esto, vamos a repasar
la Guerra de Independencia Americana.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es lo que
significa ser una colonia. No me refiero a los perfumes esos que tienen
anuncios freudianos sobre el magnetismo. Estamos hablando de un territorio
geográfico vinculado a una metrópoli, que puede o no tener legislación
diferenciada y economía dependiente. En otras palabras, los territorios
ingleses en Norteamérica estaban enfocados a un único propósito: sacar el
máximo posible de beneficio y enviarlo a la metrópoli. Para mayor gloria de la
monarquía británica. God sabe the Queen y todo eso.
No es de extrañar que hubiera gente que se cabreara con la
monarquía pidiendo más y más, como un huérfano pide más gachas en una novela de
Dickens. Gran Bretaña cobraba impuestos de casi todo, como el papel, el vidrio
o la pintura. A pesar de que los colonos de Norteamérica habían ayudado a los
británicos a pegar a los pedantes francófonos de Quebec, no recibieron grandes
compensaciones ni recortes en sus muchos impuestos.
¿Hueles eso? es el olor de la DEMOCRACIA
domingo, 3 de julio de 2016
Averly, la joya industrial despreciada
Lo que voy a escribir puede que no interese mucho a todos
esos lectores del blog que están más allá del Gran Charco, pero para mí es bastante
importante.
Zaragoza es mi ciudad; a la que, por cierto, estoy muy
unido. No siempre ha sido una ciudad modélica y, desde luego, no siempre ha
tenido respeto por su propio patrimonio. En mi cabeza de historiador no logro
comprender cómo se pueden subordinar los valores del patrimonio cultural a los
del lucro individual. En la época del desarrollismo tardofranquista, numerosos
palacetes modernistas se derribaron para hacer sitio a enormes moles de
hormigón. O la Universidad de la Madalena (para diferenciarla de la actual
Universidad de Zaragoza), una construcción del siglo XVI que se derribó sin
miramientos en el año 1968. Por no hablar del derribo de la Torre Nueva a
finales del siglo XIX, una torre mudéjar inclinada como la de Pisa.
La Torre Nueva: DEP
domingo, 15 de mayo de 2016
Cerrado por tormento intelectual
Lo que ocurre siempre cuando se acerca el verano. Trabajos y exámenes, exámenes y trabajos. La misma canción de siempre.
Esperemos que se pase pronto. Nos vemos dentro de un mes.
Por facebook seguiré dando mal de vez en cuando, eso sí.
lunes, 9 de mayo de 2016
Gran reserva: una selección personal
Llevo (o llevaba) un mes dando clase en un instituto. Un mes
que ha dado para mucho, bueno y malo. Y muchas cosas relacionadas con la
Historia, claro, que para eso no me pagan.
A lo largo de mi estancia he llegado a presenciar
violaciones de los Convenios de Ginebra con alumnos castigados, horrores hechos
examen, alumnos dormidos en clase, alumnos con camisetas de Wismichu, alumnos
hablando del Dark Souls a gritos en la biblioteca… de todo.
Y cuando digo “de todo” me refiero a DE TODO. Incluidas algunas
cosas que me gustaría no haber leído en lo que me presentaban los alumnos. Algunas
hasta me cabreaban, pero la mayoría me hacía sonreír socarronamente mientras
bajaba la nota a una velocidad que los que tienen internet contratado con
Telefónica no conocen.
Aquí traigo la selección de mejores momentos. La gala de los
oscars de la ignorancia histórica. Sin nombres, para que no haya escarnio
público. Solamente reproducciones fidedignas de lo que me he encontrado en los
exámenes, intentando el máximo de autenticidad en cuanto a signos de
puntuación, gramática y acentos.
Representación mía tremendamente veraz, corrigiendo algunos exámenes
domingo, 1 de mayo de 2016
Rumbo hacia una España en guerra [review literaria]
Como historiador, hay una cosa que me gusta mucho más que
viajar: leerme libros sobre viajes que han hecho otras personas en otros
tiempos. Fulanito se pegó un viaje por Japón en 1927; pues bienvenido sea, a
ver que peripecias le ocurren en los años 20 al otro lado del mundo, pese a que
a mí ni se me ocurriría visitar Japón en la actualidad.
Creo que se debe a la fascinación, a esa curiosidad que
tiene todo aquel que le gusta la Historia, por ver cómo era la gente y la
mentalidad en un pasado que no has llegado a conocer. Somos el producto de
nuestro tiempo. Y como producto de nuestro tiempo, tenemos una determinada
forma de pensar y una actitud ante la vida. Leyendo a personas de una época
pasada, con unas mentalidades diferentes a las nuestras y unos puntos de vista
que podrían resultarnos cómicos, debido al choque de culturas.
La famosa “Guía Baedeker”, en su edición sobre España y
Portugal de principios del siglo XX, señala que no hay que dar limosna a los
mendigos que se agolpan en las puertas de las iglesias porque son vagos que lo
único que quieren es pagarse unos tragos de vino en la taberna cercana a costa
de la caridad ajena. En un periódico de los años 20 se relata como un aviador
español viaja al Congo en un biplano y los indígenas le disparan flechas cuando
les sobrevuela, que no le llegan a alcanzar ni remotamente, como si fueran
niños asustados. En un texto medieval, el viajero relata el excepcional caso de
buen funcionamiento y exquisitez que representa el burdel de Valencia, recomendado
por su limpieza y tranquilidad.
Todos esos textos no dejan de manifiesto una cultura
diferente a la que vivimos, en la que el racismo es lo normal y no lo
“políticamente incorrecto”. Situaciones en las que hoy nos llevaríamos las
manos a la cabeza resultan motivo de orgullo en otras épocas. ¿Despreciar a los
vagabundos? Hecho ¿Racismo? Hecho ¿Recomendar prostitutas? Hecho, wo-ho.
"Hay veces que hablo a los negros y parece que me entienden, como los perretes de mi Escocia natal" bueno, bueno, esto tendré que suavizarlo un poco en la versión final.
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