Escribo esto mientras me tomo el obligado té de media tarde
aunque cuando acabe esto será bien entrada la noche y carezca de sentido dicha información.
La cosa es la siguiente: como la semana que viene ya estaré de exámenes (ya
colgaré el cartelito) y supongo que acabaré harto de tanta Historia, hoy toca
hablar de cosas diferentes.
Cosas como la mecánica interna del blog. Lo creáis o no, detrás
de este blog hay una persona que intenta a la desesperada escribir una entrada a la
semana con más pena que gloria. La verdad es que cuando empecé fue una especie
de “jijijiji voy a escribir tonterías en mi tiempo libre” y si leéis la primera
entrada veréis que lo empecé como un experimento veraniego y que se ha alargado más
de lo que yo mismo había previsto.
- ¿Ha leído la última entrada de Diario de un vago histórico?
- Faltaría más, no se habla de otra cosa en los cafés de Northampton
(fuentes cercanas me comentan que mi blog lo está petando en la Inglaterra del siglo XIX)
Esto es así. Yo pensaba en los inicios del blog que lo iban a leer los cuatro amigos de clase para comprobar que seguía vivo y desvariando
en el periodo estival pero lo que me encontré al volver de las vacaciones fue
un puñado de personas de mi universidad que se habían enganchado. Por ellos
seguí escribiendo de forma regular cada domingo por este canal.