domingo, 22 de diciembre de 2019

Josip Broz: el socialismo con playas




Tengo un amigo que siente auténtica pasión malsana por Europa del Este. Una especie de obsesión con los Balcanes que sólo puede saciar conociendo más y más detalles absurdos sobre su cultura e historia, y que no duda en compartir en voz alta para regocijo de todos los presentes. “¿Sabes que los bosnios tienen una palabra muy curiosa para…?”, gracias por ser deliciosamente pedante.

Por eso hoy le voy a dar una alegría y voy a hablar del socialismo. Con playas.

“Un momento, pero la URSS también tiene espacios costeros….” Oh, perdone el señor por no haber tenido en cuenta las paradisiacas playas de Siberia. Corre, vete de veraneo a bañarte ahí, que seguro que a esas latitudes no hay medusas dando por culo. Que seguro que no hay nada mejor que hacer surf en un trozo de hielo flotante.

Josip Broz (conocido como “Tito”) nació en lo que por aquel entonces era el Imperio Austrohúngaro y ahora es Croacia. Luchando en la Primera Guerra Mundial fue capturado por los rusos y fue en los Urales donde conoció el vicio del bolchevismo antes incluso de que la Revolución de Octubre lo volviera mainstream.

Bienvenido a Yugoslavia. Tenemos playa, tenemos montaña, tenemos pintorescos habitantes. También estamos libres de espías estalinistas.

domingo, 15 de diciembre de 2019

Interludio por Salón del Cómic

Vuelvo a sacar a la luz esta imagen porque ha sido el Salón del Cómic de Zaragoza. Han sido tres días a tope y estoy agotado, así que comprended que no haya esta semana actualización.


domingo, 8 de diciembre de 2019

La Constitución: Historia de un puente.




No me estoy refiriendo a lo de ir al gimnasio y ponerte fuerte, no. Tampoco tengo en mente hablar de lo que hace que no te pongas enfermo, porque estás hecho un toro. Me refiero a lo otro, al regalo que nos hizo la Transición a todos los españoles.

Recurriendo a Wikipedia, y poniendo un párrafo sin ningún chiste…

Una constitución (del latín constitutio, -ōnis)​ es un texto codificado de carácter jurídico-político, surgido de un poder constituyente, que tiene el propósito de constituir la separación de poderes, definiendo y creando los poderes constituidos (legislativo, ejecutivo y judicial),​ que antes de la constitución estaban unidos o entremezclados, define sus respectivos controles y equilibrios (checks and balances), además es la ley fundamental de un Estado, con rango superior al resto de las normas jurídicas, fundamentando (según el normativismo) todo el ordenamiento jurídico, incluye el régimen de los derechos y libertades de los ciudadanos, también delimitando los poderes e instituciones de la organización política.

Si no has entendido nada, no te preocupes, te lo resumo a lo rápido: una Constitución es un texto importante. Para hacerle caso o para ignorarlo muy fuertemente, pero es importante. Así que puede que no os descubra nada nuevo si os digo que tenemos una Constitución desde 1978. O puede que sí. No sé, hay gente muy ignorante que puede pasear libremente por la calle.

Una Constitución que tiene, al menos que yo tenga constancia, 155 artículos.

domingo, 1 de diciembre de 2019

El novedoso Protoestado™




Es difícil saber si ya has hablado de algo cuando llevas ya siete años escribiendo un blog pero, en el hipotético caso de que ya haya hablado por aquí del protoestado, haremos ambos como que nunca ha ocurrido. Será nuestro pequeño secretillo.

La Prehistoria tiene muchas cosas y, como todo el mundo sabe, son todas malas. En su desesperado intento de avanzar en el tiempo y alejarse del asco que daba vivir en cuevas y vestirse con pieles (por no hablar de que el único y más avanzado pasatiempo era golpear piedras de sílex a ver qué salía), las comunidades se asentaron definitivamente en territorios.

Se asentaron de la misma forma que yo me asiento delante del ordenador: eternamente, porque eran unos vagos. Aunque expertos mucho más expertos que yo dicen que pudo ser la agricultura, me gustaría imaginarme a la primera persona que pensó que perseguir presas y forrajear estaba sobrevalorado, que prefería cultivar sus propias hortalizas porque no intentan huir.

Los primeros agricultores básicamente eran hippies demasiados vagos para moverse con sus comunidades de cazadores-recolectores.