El otro día se celebró el 150 aniversario de la Comuna de París, y es una efeméride importante que recordar porque representa una época anterior a que comunistas y anarquistas se echaran una maldición gitana mutuamente y se dejaran de hablar. La Comuna de París, sesenta días de revolución autogestionada y acento francés a espuertas. Sesenta días de hacer cosas, hasta que fue sofocada en un baño de sangre.
Pero ¿Cómo se
llega a que la capital de una nación le diga al resto de la nación “mira, ahí
os quedáis” y se independice? ¿Podría ocurrir eso con Madrid y hacer feliz al
resto de la geografía española? Las respuestas, como siempre, son complejas.
Resulta que la
Guerra Franco-Prusiana no fue demasiado bien para Francia. Napoleón III no
había estado a la altura de alguien que se llamara “Napoleón”, y los prusianos
le había humillado militarmente. Los alemanes habían pasado la mano por la cara
a Francia, no sin antes sitiar durante cuatro meses su capital. Como
comprenderás, los parisinos estaban cansados de sufrir cuatro meses de sitio y
por eso, cuando el Gobierno Francés® capituló con los prusianos en Versalles,
los parisinos pensaron que era momento de mandar todo a la mierda.
Y la ofensa
siguió cuando el presidente, Adolphe Thiers, dijo que era hora de desarmar a la
Guardia Nacional parisina porque la guerra ya había acabado. Los parisinos tenían
otros planes, le contestaron “vete al carajo” y se dedicaron a montar la Revolución
Francesa 2: ahora con más revolución. Ante la insurrección armada, Thiers
se echó a correr y no paró hasta llegar a Versalles. Los habitantes más
conservadores de la capital y los funcionarios hicieron lo mismo.
Y comienza el
periodo reformista de la Comuna de París, con leyes para, por ejemplo: limitar los alquileres, conceder pensiones,
separar Iglesia-Estado o derogar la guillotina. Esto último es especialmente
divertido si tenemos en cuenta que la Comuna de París es de 1871 y la última
ejecución producida en Francia con guillotina es de 1977, aunque no es
legalmente derogada hasta 1981.
El caso es que la
Comuna empezó a dejarse llevar por ese utopismo socialista tan característico
del siglo XIX. Comenzó a implantar escuelas, comedores, orfanatos… durante la
primera semana, tiempo que tardó el Gobierno Francés® en movilizar un ejército
para conquistar París. La Comuna se constituía formalmente el 28 de marzo, y
los ataques comenzaron el 2 de abril. El 21 de mayo ya había una cabeza de
puente dentro de la ciudad, que comenzó a ser sistemáticamente “pacificada”.
Los
revolucionarios, ante el avance del ejército, se dedicaron a destruir todos los
monumentos que pillaron y les recordaban el legado del Gobierno Francés®. Numerosos
palacios (el de las Tullerías, el de Orsay…) así como las casas de gente que se
había significado a favor de Napoleón III. Y la Columna Vendôme, como no le
podían meter fuego porque la chapa de bronce no prende, la derribaron. Y el
Ayuntamiento de París, también, por si acaso.
Adolphe Thiers
debía ser muy fan del arte, porque se empleó a fondo con la represión. Se fusiló
a veinte mil personas (cifra que iguala a los muertos en combate), se encarceló
en presidios y campos de trabajos a miles y se deportó a las colonias del Pacífico
(literalmente, la otra punta del mundo) a otros tantos miles. Además, la ciudad
estuvo bajo la ley marcial durante cinco años.
En fin, que escribir todo
esto me ha dado tremendas ganazas de jugar al Victoria II.
¿Esa imagen son los partisanos?Parece gente urbana.
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