No sé si sabréis, pero Estados Unidos es la tierra de
los libres. Y a una persona que cree ciegamente en que tiene todo el derecho
del mundo a hacer lo que quiera, no le puedes decir “chacho, no hagas eso, que
te vas a hacer daño” porque no te va a hacer caso.
Esa es un poco la historia de Salton Sea.
A principios del siglo XX, un hinjeniero cometió un
error garrafal al diseñar un canal de irrigación para aprovechar las crecidas
del río Colorado. El resultado fue que no se regaron las fértiles tierras del
Imperial Valley, sino que se inundaron. Hasta dos años después no se pudo
subsanar el error, pero para aquel entonces el caudal del Río Colorado ya había
creado un mar artificial en las anteriores llanuras de Salton.
En 1909 se creía que para 1920 el lago ya se habría
secado, pero en realidad se convirtió en una fuente de ingresos para los
habitantes locales. En 1935 se midió el lago y se estipuló que la profundidad
del lago era de 248 pies. Salton Sea no era solamente una enorme reserva de
agua, sino que además comenzó a florecer una incipiente industria pesquera
(tanto comercial como recreativa). Por no hablar de los deportes acuáticos.
Paradisíaco destino para toda la familia.
A dos horas y media de San Diego y hora y media de la
frontera con México, el recién formado lago de Salton comenzó a ser un destino
muy popular entre los jóvenes en los años cincuenta, la edad dorada de Salton.
En 1958 se acuña el término “Salton City” para definir a la mayor concentración
de edificios en las costas del lago. En la época dorada Salton Sea la
profundidad del lago era de 234 pies.
A principios de los años sesenta el Departamento de
Agricultura de California ya alertó que la salinidad del agua estaba
aumentando, y que en veinte o treinta años el lago sería inhabitable por la
fauna. Pero eso no evitó que se abrieran puertos recreativos, playas y las
embarcaciones de recreo pulularan por el agua. Estaba de moda y nadie hacía
caso a los alarmistas.
Salton Sea antes de que pareciera un páramo postnuclear.
¿Pero cómo podía estar salinizándose el agua del lago?
En primer lugar, porque la llanura inundada fue fondo marino hace miles de
años, y tenía un remanente de salinidad. En segundo lugar, porque la
agricultura intensiva hizo que la salinidad de los terrenos cultivados
disminuyera a cambio de aumentarla en los terrenos no cultivados, contaminando
de paso las aguas con pesticidas y nitratos. Unas aguas que, dicho sea de paso,
eran más escasas y tenían las sales disueltas mayor concentradas cada día.
Para que os hagáis una idea de la salinización del
lago, para 1985 la salinidad estaba en 40 ppt. Que para los que no tenemos ni
idea, me he molestado en traducir lo que significa: el agua que bebemos debe
ser inferior a 1 ppt, mientras que la salinidad del agua de mar Mediterráneo es
de 38 ppt. En 2015 se registró una salinidad de 57 ppt en Salton Sea.
Salton Sea 2023: ahora con más saqueadores y la Cúpula del Trueno más grande del páramo.
La cosa es que con esos niveles de salinidad, sumado a
la contaminación, convirtió al agua en tóxica. Miles de peces y aves marinas
murieron al mismo tiempo que las algas tomaron el relevo, reduciendo el nivel
de oxígeno del agua y aumentando su letalidad. Miles de animales muertos
empezaron a agolparse en las playas que antes se cotizaban al alza.
Y como el olor a bichos muertos y las aguas turbias no
son gran reclamo turístico, Salton Sea entró en declive. En las reseñas que puedes
leer online dejan bien claro que la forma más saludable de visitar Salton Sea
es precisamente a través de internet. Porque todos los que han ido
presencialmente al sitio están de acuerdo en una cosa: el olor a pescado
podrido es inenarrable, se te mete en la nariz y se queda alojado ahí días.
Bueno, están de acuerdo dos cosas, en el olor y en que ojalá no hubieran ido
por allí.
Salton City es una ciudad de calles abandonadas, en
las que de vez en cuando se eleva el esqueleto de madera de alguna casa comida
por el desierto y la podredumbre. Una polvorienta explanada que acaba en un
agua turbia repleta de peces a medio descomponer, en la que sobresale alguna
indicación desgastada que dice que debajo de tus pies había un campo de golf o
un embarcadero de yates.
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