Si hacemos caso a los tópicos, los ingleses están hechos de
otra pasta. Dependiendo de a quién le preguntes son unos exquisitos dandis de
modales refinados o unos hooligans borrachos que aman el balconing. ¿Cuál de
las dos pastas es la correcta? pues lo peor es que una cosa no quita la otra, que
se puede combinar eso de llevar traje y ser un hooligan. Mira a Nigel Farage, que el que le falte un hervor no es excusa para que vista de traje y corbata.
Querido cuñado de derechas: ¿Sabes lo mucho que te cabrean
los catalufos con sus lazos amarillos? Los ingleses son iguales. Qué diferentes
habrían sido las cosas si hubiéramos conquistado con la Armada Invencible a
esos piratas ingleses. Más hombres con el valor de Blas de Lezo hacían falta.
Querido cuñado de izquierdas: ¿Sabes lo mucho que te cabrean
los fachas son sus banderas de España? Los ingleses con iguales. Pero qué vas a
esperar de un país en el que la monarquía huele a rancio y les encanta, un país
en el que los títulos nobiliarios siguen teniendo importancia política.
Los ingleses, de toda la vida de Dios, han tenido fama de ir
a lo suyo. Estar en su isla tan ricamente, y que el resto de Europa haga sus
cosillas. Ponerse una silla plegable en la playa de Dover (si a lo que tiene
Inglaterra se le puede llamar “playa”) y disfrutar en primera fila, taza de té
en mano, del espectáculo sin mancharse. Muy flemático y muy british todo.
Farage es una especie de Jim Carrey, si los padres de Jim Carrey hubieran sido dos hermanos con grave alcoholismo durante la gestación.
El truco de los ingleses respecto a la Unión Europea era en
Europa pero no estar. Si, son una isla y querían estar por encima de la Europa
continental, pero ojo no les considerases europeos. Porque ellos han sido, y
son, la esencia de Europa. Buscar razones para no aceptar los pactos de nivel
europeo pero quedarse en una esquina opinando de lo mal que lo hace todo el
mundo que no son ellos. Si hasta 1971 tenían un sistema monetario predecimal
que era el mismo Satanás hecho intercambio económico.
Los ingleses, a lo largo de la historia, han luchado contra
los alemanes, contra los franceses, contra los españoles… Les ha gustado mucho
eso de entrometerse en otros países porque no es ningún secreto que la mayoría
de los ingleses se ven a sí mismos como superiores. Muy mal tienen la ir las
cosas en el Continente como para que se remanguen la camisa y entren al trapo
con desgana, como ocurrió en las Guerras Napoleónicas o las Guerras Mundiales.
Gracias a anónimos usuarios de internet, ya no tengo que hacer mis propios memes para ilustrar de lo que hablo, otra gente lo ha pensado antes.
Gran Bretaña aún no ha pasado por una Guerra de Cuba ni una
pérdida de sus últimas colonias, ni una Guerra Civil. Su aislacionismo les ha
mantenido en una burbuja de irrealidad en la que aún tienen autoridad sobre sus
retoños díscolos de la Commonwealth. Y lo mismo ocurre en las relaciones
diplomáticas con el resto de Europa: al no tener un evento traumático que haga
temblar los pilares patrióticos, Gran Bretaña tiene más seguridad en sí mismo
que Julio Iglesias. Y eso se traduce en bravuconadas como el Brexit.
El Brexit no es más que el último capitulo (por ahora) de
una pataleta nacionalista. Es la forma que tienen los británicos de decirnos a
los europeos “jaja, no me importas, si no tomas té a las cinco, por el culo te
la hinco”. Pero vamos, que no debería cogernos por sorpresa a nadie. La
relación de Inglaterra con la Unión Europea ha sido una cosa muy rara que yo
comparo con un noviazgo muy toxico en el que tu pareja te monta un pollo cada
vez que le dejas un mensaje en leído.
Me refería a la OTRA Isabel II, la que tiene pinta de ser una abuela de las que se te cuela en el autobús. Apartad a este monstruoso ser de mi vista.
Mientras los ingleses se vuelven hacia sí mismos y creen en
las bondades de una economía cerrada, los que hemos estudiando el franquismo
sabemos que la autarquía no sirve para nada, que siempre miraremos con envidia
al Plan Marshall. Porque que la autarquía lleva a las cartillas de
racionamiento, y las cartillas de racionamiento llevan al anarco-castrismo
chavista. Y no quieres ver a Isabel II rebuscando comida caducada en los
contenedores a la salida del Mercadona ¿verdad?
Pero vamos, que lo que hagan los ingleses no debería
preocuparte. Tu prioridad ahora debería ser almacenar agua, armas y comida,
para cuando el coronavirus llegue a tu país y borre la civilización tal y como
la conocemos.
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