Ya va tocando una buena guerra ¿no? Quiero decir, no una
guerra asimétrica ni una guerra de país contra país, una buena guerra mundial
de estas que arrastran al mayor número de países que pueden. No soy experto en
geopolítica y la verdad es que la coyuntura actual no la controlo demasiado
pero… ¿con quién está aliado ahora mismo Pakistán? Es para un amigo.
No es que sea uno de esos adolescentes obsesionados con el
honor que visten camisetas negras, sueñan con un arma automática y escuchan a
Sabaton porque son el único grupo musical que hace canciones sobre batallas históricas
(suspiro). Si estalla una guerra espero que mi educación superior tengo un poco
de peso y termine siendo un oficial de sillón de esos que hablan mucho y se
manchan poco. Hay que ser realistas y prácticos.
La semana pasada Irán derribó un dron estadounidense. Yo ya
estaba frotándome las manos para que Donald Trump siguiera su línea de “primero
hablar, luego pensar”, esa línea que ha ido siguiendo férreamente. Y ya
fantaseaba con la idea de que la última guerra de la humanidad estallara por
una tremenda faltada de respeto en Twitter entre gobernantes de dos países.
Pero no pasó.
ATENCIÓN: la imagen del dron puede o no puede corresponderse con el modelo de dron derribado. Yo que sé, no me pagan por investigar esas cosas.
A lo largo de la Historia, la población de seres humanos se
ha ido regulando de manera natural de vez en cuando con plagas y guerras. La
Peste Negro dejó una Europa preciosa para entrar a vivir directamente, y la
Primera Guerra Mundial convirtió la zona del norte de Francia en un
emplazamiento perfecto ya excavado para segunda residencias con sótano.
Es que, no sé, ¿no tenéis la impresión de que hay como
demasiados chinos? Por otro lado, la población de ingleses no se puede regular
solamente con el balconing, es necesario otro Somne o algo. El otro día iba por
la calle y estaba pensando “joder, qué bien encajaría el tío ese en un
regimiento de infantería prescindible destacado en primera línea de batalla”. Y
una vez surgió ese pensamiento, ya empezaba a reclutar mentalmente a gente en
el “Regimiento de Infantería Prescindible nº3”.
Venga, voy a intentar detonar una guerra civil aquí y ahora. Tortilla de patatas: ¿con cebolla o sin cebolla?
Quiero decir, el cambio climático se está haciendo patente
cada día más ¿no molaría que todos los países pulsaran sus botones rojos y
empezaran una guerra nuclear que mandara el mundo a tomar por saco? Si tenemos
que extinguirnos, por lo menos podríamos extinguirnos a lo grande, con clase.
Que si hay una raza alienígena inteligente observándonos diga “vaya forma
impresionante de acabar con todo”.
Puede que estés pensado que soy una persona horrible, que
hablo a la ligera de la vida de miles de personas que pueden perecer en un
conflicto global. Tienes razón, soy un monstruo por bromear con estos temas. No
sé cómo puedo hablar tan frívolamente de la teoría malthusiana, con lo que te
importa a ti la teoría malthusiana y lo en serio que te tomas cualquier progresión
geométrica de la población ¿verdad?
Vamos, Francia, colabora un poco.
Por todo ello, creo que en estos momentos sería muy positiva
una guerra a escala global que diezmara la población mundial. Básicamente estoy
pidiendo que se haga un Thanos, pero haciéndolo bien, sin dejar al azar quien
vive y quien muere y sin ponerse tan drástico, que me conformo con que perezca
un 20% de los habitantes del planeta. No hace falta que mencione países porque
seguro que están viniendo a la mente unos cuantos, racistas de mierda.
Con todo este existencialismo quiero decir que ya ha llegado
el verano y que da puto asco. Que ya estoy empezando a escribir cubierto de una
fina capa de pegajoso sudor.
Si eres de esas personas que están contentas “porque ya ha
llegado el veranito”, que sepas que voy a hacerte cosas que harían palidecer al
peor psicópata del corredor de la muerte de Estados Unidos. Sé dónde vives.
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