Esto lo tendría
que haber escrito la semana pasada, pero la semana pasada escribí sobre algo de
hace dos semanas (lo mucho que me jode el cambio de hora) y el tema de esta
semana me parecía demasiado bonito como para dejarlo pasar sin intentar colar
uno o dos chistes horrendos.
Una de las cosas
más bonitas que he visto en los últimos tiempos ha sido la ceremonia de
traslado de las momias egipcias a su nuevo museo. La ceremonia en si fue una
especie de cruce blasfemo entre una edición de Eurovisión y una gala “Murcia,
qué hermosa eres” con toques de estética ciberpunk. Dos horas de cruce blasfemo
entre una edición de Eurovisión y una gala “Murcia, qué hermosa eres” con
toques de estética ciberpunk, para ser exactos.
Entre el desfile de dorados y luces led sólo faltaba un José Luis Morenothep utilizando la momia de algún faraón como muñeco de ventriloquia. Como si Egipto entero quisiera desviar la atención de cierto incidente que había copado la prensa internacional durante días y desestabilizado las economías del mundo entero. Y a mi me han ganado, porque me he tragado el programa entero cuando lo han subido a YouTube.
La primera hora y
media es paja, mucha paja. Hora y media de personas trajeadas hablando de cosas
que no entiendo (y que no quiero entender, porque yo he venido a por los
disfraces) y espacios publicitarios en los que dicen a los potenciales turistas
lo que mola visitar Egipto. Después de eso, aparecen un montón de niños
ilusionados y comienza el espectáculo de luz y disfraces baratos, orquesta
incluida.
Digo disfraces baratos más que nada porque se parecen sospechosamente a cualquier disfraz de 15 euros made in China que te puedes encontrar en cualquier lado. Las mismas telillas finas y los mismos dorados plasticosos, solo que un poco más trabajado, quizá. Pero la estética es la misma: un Egipto idealizado y tópico, con rayas de ojo imposibles y cortes de pelo hechos con escuadra y cartabón. Y carros. Los malditos carros que hay en todos los Total War, pues esos.
Después del
inicio del desfile, con las características que se han mencionado, comienza el
cortejo de limusinas fúnebres tuneadas con más dorados y más leds a los que
vamos a denominar “momiamovil”. Intercalan planos de la procesión de momiamovil
con planos de los sarcófagos y, esto último, me hace especialmente gracia
porque tienen los ojos pintados y parece que los faraones están flipándolo
mucho. Como cuando subes a un gato a un coche.
El cortejo de
coches se pone en marcha al nuevo emplazamiento y se ve a otro grupo con
disfraces diferentes, esta vez recibiendo a las momias con danza conceptual y
salvas de artillería (que no viene al caso, pero es mi instrumento musical
favorito después de que los incluyera Tchaikovsky en su famosa obertura). Más
cosas con dorados y más cosas con leds. Fundido a negro, y fiesta general
detrás de la cámara.
Desde luego, un acto digno de faraones. Pero de algún faraón críptico y desconocido, como Pepi I.
Hubo una clara y abundante emulación de los shows de hace décadas de Occidente, así como de escenario a lo MGM o Universal. Por supuesto que ha venido de perlas para sustraer el pesimismo que el bloqueo del Canal de Suez debió causar, así como se utiliza para promocionar el turismo, el cual está maltrecho desde hace mucho en ese país tan interesante. Por supuesto nada de esto sería válido por sí mismo sin la guinda omnipresente: el auspicio y elevación del actual faráon Sisi.
ResponderEliminarPor si te interesa te paso enlace de lo que me sugirió a mí hace unos días:
https://laantorchadekraus.blogspot.com/2021/04/el-vermu-de-horus-y-anubis.html
Al fin y al cabo todo es Historia.
Sañudos.
Hola, he llegado a este blog a través del Taller de comisario. En él tenias una entrada de como comprar en Zhanchui. Y el caso es que quiero comprar, pero necesito el email de un antiguo comprador. Serias tan amable de darme el email (el tuyo) con el que hiciste los pedidos.
ResponderEliminarUna pena que dejaras el otro blog. Gracias