El verano causa estragos en las personas decentes.
Basando el prototipo de “persona decente” en mi mismo: alguien que
aborrece las camisetas de tirantes, procura tener una higiene aceptable incluso
en los días de más sudor y se pasa las mañanas yendo a leer periódicos de hace
100 años en el Archivo Provincial. Por no hablar de la relación destructiva que
tengo con las tarrinas de helado de menta y chocolate.
Pero el verano también es una época en la que se
produce uno de los fenómenos de la naturaleza más bellos que tienen la suerte
de apreciar los españoles. Cada año, cuando empieza a subir el mercurio de los
termómetros y los días de alargan, miles de turistas ingleses emigran a las
amplias zonas de costa para comportarse como seres fruto de la endogamia y la mala genética, (intentar) aparearse y
beber el suficiente alcohol barato como para aguantar todo el invierno en su
isla. Hasta que, al año que viene, vuelva a sentir la llamada de la naturaleza
y se repita el ciclo.
Los Simpsons teniendo razón.
En su intento de impresionar a la hembra para proceder
luego al apareamiento, el turista inglés, un coctel de hormonas y alcohol
barato, intentará saltará desde un sitio alto e intentará vivir para narrar su
gesta. Esto no era mortal de por si hasta que las costas españolas se llenaron
de altos bloques de pisos con terrazas y balcones. En ese momento, las hembras
inglesas empezaron a elevar sus exigencias en cuanto a valentía y capacidad
saltadora.
El caso es que me pareció tremendamente divertido como
la novia de uno de esos ingleses saltadores justificaba a su amado diciendo que
los balcones en España eran muy bajos y que claro, su alma gemela se había
caído en el viaje de negocios que había hecho a Magaluf. Viaje de negocios. En
Magaluf.
Todo esto es una introducción excepcionalmente larga
para decir que mi verano muy bien, gracias, pero que los ingleses son capaces
de justificar cualquier defecto que tengan, mientras ellos magnifican los de
sus adversarios. Así es como ha funcionado la historiografía inglesa y cómo
funcionará por los siglos de los siglos.
Un país que tiene esto como "pináculo culinario" no debería considerarse "civilizado".
Así como los americanos solo saben hablar en primera
persona y de lo buenos que son ellos, es como si los ingleses, conscientes de
que tienen que hacer olvidar a la gente la lluvia y la niebla, optaran por la
vieja táctica del instituto de echar mierda sobre tu competencia para parecer
mucho más interesantes a los ojos de la chica que te gustaba. Ingleses: no me
malinterpretéis, sin rencores, yo haría lo mismo si mi país fuera fruto de las sucesivas invasiones de los pueblos bárbaros más feos.
Y no es para menos, los ingleses se han peleado,
directa o indirectamente, con todos los países que han podido. Países
desarrollados, países en vías de desarrollo, metrópolis, colonias, países que
ya no existen… intenta hacer que un inglés hable bien de alguien y estarás a
punto de ver como alguien sufre una embolia. Excepto Canadá, que a Canadá le
gustan las relaciones tóxicas y dependientes, con cuero negro y látigos de por
medio.
La única visión de la Historia de Inglaterra que acepto y aceptaré como válida.
La historiografía inglesa no solo pone a España una
leyenda negra (la famosa Leyenda Negra, así, con mayúsculas) también con mira
por encima del hombro a Italia, Francia o Alemania, por poner algunos ejemplos,
al mismo tiempo que exporta la visión del inglés culto y puntual como
arquetipo. La idea es hacer parecer que su isla está poblada de caballeros
exquisitamente trajeados que discuten sobre Dickens mientras toman su té, y que
no son lo más parecido a hooligans borrachos a las dos del mediodía en un
oscuro pub que combinan calcetines con chancletas de plástico.
Inglaterra es muy diferente a lo que nos venden los Workbooks, siempre ha tenido fama de tener la cabeza muy metida dentro de su propio culo e intentar convencer a la gente de que su mierda no huele. Todo el revuelo que hay ahora con el Brexit no es más que la culminación de siglos y siglos de firme creencia de que vivir en esa isla te hacía superior que la gente que vivía en el continente.
Con todo ello quiero advertir al posible lector que
tenga cuidado cuando lee sobre ingleses hablando de su propia historia, porque
probablemente tenga un porcentaje de fantasía mayor que el de El Señor de los
Anillos, otro pináculo de la cultura inglesa. Las cosas pueden ser de menor
color de rosa de lo que aparecen. Pero como todo en la vida supongo, que es
puta mierda y un pozo de miseria. Visión probablemente influenciada y
distorsionada para mal porque se han acabado las vacaciones.
Dicho esto, Gibraltar: ¿qué? ¿eh? Gibraltar. Venga.
Da la ligera impresión, de que no te caen muy bien los ingleses.
ResponderEliminarDe todas formas, ¿a quien les caen bien?
PIRATAS
ResponderEliminarMuy poca elegancia y nula información historica para despotricar contra una nación. Ah! y de nada por empezar la Revolución industrial
ResponderEliminarPiratas sucios y viles.
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