Acabemos ya con la tetralogía de la “Historia de las
Drogas”. Esta semana llega la season finale.
Hasta los años 60 las cosas se habían mantenido más o menos
estables. Se habían descubierto muchas drogas sintéticas a lo largo de las
primeras décadas del siglo XX pero aún no se habían popularizado, las drogas
hegemónicas seguían siendo el tabaco, el alcohol y los derivados del opio.
Así que, por vuestro bien, voy a simplificar un poco a partir
de aquí. No es plan de hacer OTRA entrada hablando de cada una de las drogas
que podéis conseguir en los peores barrios de vuestra ciudad. Porque tampoco me
apetece hacer trabajo de campo y no quiero ser tan pesado.
Cuando surge el movimiento hippie las cosas se han ido de
las manos. El modo de vida de los hippies era una contracultura que mezclaba
numerosas facetas, pero la que nos interesa ahora es la relativa a las drogas.
Como todos sabemos, los hippies se caracterizaban por un estilo artístico
psicodélico, de formas extrañas y colores muy vivos. Y precisamente para
comprender esa psicodelia hay que comprender el uso que hacían de la marihuana,
anfetaminas, y LSD.
Los años 80, con sus festivales y su música electrónica,
suponen el ascenso de la droga con uso recreacional. Heroína, cocaína, anfetamina,
ketamina, éxtasis, LSD… la lista está ahí, preocupando a la OMS y haciendo que
los empresarios de Ibiza se froten las manos cada vez que se celebra un
festival de música, oficial o extraoficial.
Para que os hagáis una idea del contexto en el que nos
movemos, era la época dorada de la Ruta del Bakalao. Pocholo tonteaba con los
estupefacientes y aun no estaba ido de rosca. La droga estaba tremendamente
idealizada y no estaba mal vista por la sociedad. Auténticos aprendices de
boticario preparaban, con impresionante habilidad, unas mezclas de drogas que
ya quisieran muchos chamanes de la Antigüedad.
El Ilustrísimo Don Joaquín Isidoro Bayo Gómez en su etapa de Embajador Internacional de Valencia.
Memorable es la frase de una madre entrevistada que decía
que le gustaba que su hijo se fuera por la Ruta del Bakalao porque sólo bebía
agua, desconocedora de la deshidratación que produce el MDMA. Poco a poco la
Ruta del Bakalao entraría en decadencia y los consumidores pasarían a drogas
más baratas como el speed. En esta época la cocaína no estaba tan extendida y
se tenía por una droga “de clase alta”.
Los años 80 fueron una década fatal para los consumidores de
drogas. La higiene cuestionable (compartir jeringuillas, tomar droga adulterada
con cualquier mierda…) hizo que la hepatitis y el sida diezmaran las
poblaciones enteras de consumidores. Hoy en día hay yonkis que son mirados con respeto porque
sobrevivieron a los años 80 y 90, pese al miserable estado físico que suelen
tener.
La droga hasta entonces se había visto como una forma de sociabilización:
las más populares se tomaban para provocar estados sensoriales alterados o el
puntillo de “tío, te quiero”, sin tener en cuenta los efectos secundarios a
largo plazo. Esa permisividad explotó en la cara a los años 90. Para los que no
vivieron los finales de los 80/principios de los 90, puede parecerles
exagerado, pero era una época en la que la que la gente podía morirse en un
portal. Aparcar un coche podía ser una autentica amenaza si aparecía un
gorrilla de aspecto enfermizamente amenazador.
Años 80. Las drogas eran necesarias para soportar visiones como esta.
En los años 90, el presupuesto destinado a metadona aumentaba
en la misma proporción que aumentaba el presupuesto gastado en concienciación
frente a las drogas. La idea era que no se volviera a repetir el desastre que
supuso la década anterior en cuanto a vidas arruinadas.
Sin embargo, en la actualidad tenemos el catalogo más
extenso de sustancias estupefacientes de la historia. Y eso que no he hablado
de drogas minoritarias y me he centrado en las más importantes: el speed apenas
ha sido mencionado, el cristal o incluso inhalar pegamento no han sido
incluidos porque cuatro entradas ya me parecen suficientes como para hacer un
repaso interesante de las drogas a través de la Historia.
Y tampoco he hablado del blog, que según las estadísticas,
la gente que lo prueba regresa a por más.
Debería publicitar el blog en la puerta de los colegios.
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