domingo, 13 de marzo de 2016

La Segunda Guerra Mundial (II)



Nos habíamos quedado en 1941, un año crucial para la Segunda Guerra Mundial. En ese año entraron a darse de tortas en la guerra dos grandes potencias mundiales: Rusia y EEUU.

El 22 de junio de 1941, Hitler comenzaba a invadir la Unión Soviética, poniendo fin a la amistad más forzada  de todos los tiempos. Infinitamente más tensa, frágil y llena de segundas intenciones que la amistad que queda después de un “te quiero pero como amigo”. De esta forma se abría el frente oriental. O, si eras ruso, el frente occidental. Cosas del punto de vista. Además, el mayor país comunista de todos los tiempos entraba en el club de “odiamos a Alemania”, hasta ahora reservado para buenos capitalistas como Inglaterra o Estados Unidos.

¿Estados Unidos? Si, Estados Unidos.

Estarás pensando “pero si acabas de decir que EEUU no entra en la guerra hasta 1941”. Bueno, ese año es el año en el que entra oficialmente en la guerra, pero desde el 39 llevaba ayudando a los aliados con materiales e inversiones para las industrias inglesas (mayormente porque Francia estaba ocupada por los alemanes). Japón, para frenar estas intervenciones “de tapadillo” ideó un plan para impresionar a Estados Unidos.

Demos una razón a EEUU para que nos declare la guerra. Así seguro que seguirán manteniéndose neutrales,

El plan, básicamente consistía en bombardear mucho Pearl Harbor. De esta forma, Estados Unidos vería que Japón daba miedo y dejaría de ayudar a los países que se enfrentaban a sus amigos alemanes. Pero, como todos sabemos, Estados Unidos no es precisamente famoso por tomarse las cosas con calma y aceptar la derrota. Gracias a ese cabreo, el Tío Sam entró en la guerra.

Las cosas se pusieron mundiales cuando se empezó a luchar en Asia, África y Europa, con países de Asia, África y Europa, América y Oceanía (porque los australianos también se pegaron con los nazis) metidos en el fregao. El conflicto en el Pacífico entre Estados Unidos y Japón entró en una fase muy irónica, teniendo en cuenta el nombre del teatro de operaciones en el que se pegaban de hostias.

En 1942, Rusia se cansó de ir abandonando terreno a favor de los nazis (aunque las fábricas y otras cosas valiosas par aun país se evacuaron hacia el este). Stalingrado fue donde se pararon los pies a los alemanes. Aunque la ciudad se llama actualmente Volgogrado porque, bueno, Stalin mató a un montón de personas y el Volga no.

- Ivan Ivanovich, me da igual que estemos en medio de la batalla de Stalingrado, hoy te toca bañarte.
- Si, madre.

Lo que pasó en Stalingrado lo conocemos todos: los alemanes atacaron la ciudad: los rusos se resistieron, los alemanes se quedaron sin suministros, los rusos siguieron con “el que reciba un fusil, dispara; el que no reciba el fusil, que acompañe al que lo tiene, cuando el que lleva el fusil muera, el que le está siguiendo recoge el fusil y dispara”.  Las posiciones de austriacos y rumanos (aliados de los alemanes) fueron arrolladas por oleada tras oleada de reclutas rusos y embolsaron a los nazis en la ciudad, sin rutas de suministro con el exterior.

Al final los alemanes se congelaron hasta morir en una ciudad en la que ni el calor del combate cuerpo a cuerpo les calentó el cuerpo. La rendición del 6º ejército alemán se firmaba el 2 de febrero de 1943. De los 400.000 soldados alemanes que lucharon en la ciudad, solo lograron volver 6.000.

Mientras tanto, en el Mediterráneo, se intentaba poner fin a los sueños fascistas de Mussolini. Ya que habían acabado por el Norte de África, pues los aliados pasaban a Sicilia (10 de julio de 1943) y desde allí ya empezaban a liberar el sur de Italia. Los italianos, visto el avance de los aliados, metieron en la cárcel a Mussolini. Después de descubrir la traición italiana, los alemanes invaden Italia, iniciando una guerra civil en el país. Por el camino, un grupo de paracaidistas liberan a Mussolini y lo ponen al mando de un país de juguete: la República de Saló, donde podía llevar a la realidad el sueño fascista. Por lo menos hasta que los alemanes se cansaran de él.

-¿Queda algo en pie en Montecassino?
- No, señor, todo ha sido arrasado en el bombardeo
- Pues pon el letrero de "LIBERADO"

Paralelamente, los aliados también avanzaban por Francia. En junio de 1944 se produce uno de los episodios más famosos de la Segunda Guerra Mundial: El día D. Todos hemos visto los 10 primeros minutos de Salvar al Soldado Ryan, sabemos cómo va eso de desembarcar en Normandía. Gracias a este movimiento, se pudo establecer una cabeza de puente en Francia y proceder a ir liberando paulatinamente el país de la ocupación alemana. Los franceses pueden volver a comer baguettes en una París libre.

Habíamos dejado a los rusos de lado, pero desde Stalingrado habían hecho retroceder a los alemanes y a la altura de enero de 1945 ya estaban entrando en Alemania. En abril, estaban buscando pisito en Berlín. Los despojos de la Wehrmacht y el Volkssturm se enfrentaron en una lucha desigual contra los el Ejército Rojo, pero ya se sabía el final: gracias a la artillería soviética, por aquel entonces, la capital germana tenía más explosiones por minuto que una película de Michael Bay.

Tras varios intentos de romper el cerco soviético para rendirse a los aliados, los nazis entraron en un estado de apatía. El propio Hitler se volaría la cabeza el 30 de abril de 1945. El Reichstag se tomaría el día 1 de mayo. El Tercer Reich se rendiría oficialmente el 2 de mayo. Excepto focos puntuales de nazis irredentos, la Segunda Guerra Mundial había acabado para Europa.

En Asia aún quedaban unos meses de contienda, que se cerraría con la masacre indiscriminada que supusieron las dos bombas atómicas.

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