A la gente, inexplicablemente, le encanta el Antiguo Egipto. Por alguna
extraña razón, los cuerpos momificados de unos fulanos que vivieron hace miles
de años les resultan tremendamente interesantes. Por no mencionar que la arena
les debe poner palotes.
Y aquí, de forma
confidencial para ti, voy a confesarte un secreto guardado por GENERACIONES de
historiadores: El Antiguo Egipto es una puta mierda.
“Pero, ¿cómo? Si el Antiguo Egipto es super emocionante y
despierta en mí muchísimo interés” puede que te estés diciendo a ti mismo. El
Antiguo Egipto solo interesa a dos personas: los editores de la National
Geographic Historia y a los saqueadores ingleses. Y a menos que estés
utilizando el Google Translator, no eres un saqueador inglés. NOTA: Si eres un
editor de la National Geographic Historia, no me plagies el blog. Plagiar está
mal.
¿Y los dioses? ¿Qué me dicen de los dioses egipcios? A los
neopaganos les parece lo más original del mundo eso de que tengan cuerpo de
hombre y cabeza de animal. “Es que guardan un fuerte simbolismo” te dirá
cualquier iluminado, y te compro la teoría de los dioses-bicho hasta cierto punto:
que el dios de los muertos tenga el perolo de un chacal puedo llegar a
comprenderlo porque es un animal carroñero del desierto o que el dios del Nilo
tenga el melón de un cocodrilo porque en el Nilo hay cocodrilos.
Anubis avisando al Faraón de que ha llegado la hora de sacarlo a pasear porque se está meando.
Pero, claro, luego llega Ra (que es el dios del Sol) y te lo
representan como un pajarico. O llega Tot (que es el dios de la escritura) y te
representan como un pajarico. Empiezo a ver un patrón en la religión egipcia:
si no tenemos ni idea de cómo representar algo, ponemos un pájaro. Cuando tocó
representar a Isis directamente dijeron al becario “Nos hemos quedado sin
animales… bah, tu dibuja una mujer normal y no te compliques la vida, nadie le
prestará atención”.
“Pero Egipto estaba muy avanzado en términos
arquitectónicos” puede que digas, intentando defender lo indefendible. Amigo
mío, acabas de cometer el error que cometen las revistas de divulgación
histórica. Las Pirámides, menuda complejidad ¿eh? no es que sean una figura
geométrica fácil que se estudia en primaria ni nada. Además en piedra, que abunda
en ese secarral y resiste bien el paso del tiempo. ¿Sabéis qué habría sido
realmente impresionante? Los Icosaedros de hielo tallado de Keops, Kefren, y
Micerino. Con el faraón metido ahí dentro como los cubitos de hielo de broma
que llevan una mosca de plástico con hilarantes propósitos.
"Qué buenos son Ra y Amón
qué buenos son
que nos llevan de excursión"
Y tampoco es que hicieran mejor el arte de la guerra. Su
mayor aportación bélica a la sociedad en la que vivimos es que el arma de los
dothrakis está inspirada en el khopesh egipcio. “Pero fueron un imperio potente
que conquistó mucho y…” a ver, alma ce cántaro, no es que la guerra siga haciéndose
disparando flechas montados en carro, ni que hoy en día se usen escudos de
mimbre, ni tampoco hay tíos con maza y taparrabos cuya función es ir acogotando
a los heridos.
El punto álgido del poder militar fue la ambigua batalla de Qadesh con los hititas, en la que
no está muy claro quien ganó ahí porque los egipcios eran muy suyos para esas
cosas. Ambas potencias decían que habían ganado la batalla, aunque los egipcios
fueron escooltados casi hasta el Nilo por los derrotados hititas y en el
tratado de paz quedaba estipulado que debían dar “regalos” a los perdedores. La
cosa era no admitir que el ejército egipcio era una mierda, que habían perdido
y que tenían que pagar tributos.
El orgullo del ejército del Faraón.
Y ya que hablamos de tratados, hay que hablar del idioma. Si
creíais que la profusión de pájaros se quedaba limitada a la teología, estáis
muy equivocados: el alfabeto egipcio tenía abundantes caracteres pajariles. “Pero
es una de las formas más pintorescas de lenguaje de la que se tiene constancia”
puede que contestes, inmerso en una demencia que te aleja de la realidad. Los jeroglíficos
pueden parecer muy majestuosos y exóticos, pero cuando llevas identificado el
enésimo cartucho del faraón Pepi I, la cosa pierde glamour.
No me gustaría acabar sin mencionar lo más famoso de Egipto:
las momias. Sacarle toda la casquería a un pobre diablo para meterle los órganos
extraídos en una especie de vasos de refresco del McDonalds con tapa con cabeza
de algún animal. Quitarle el cerebro a pedacitos con un gancho metido por la
nariz del pobre desgraciado. Salarlo como si fuera un jamón, vendarlo entero y
meterlo en una caja digna de cesta de Navidad de dudosa calidad que necesita
llamar la atención de los potenciales compradores.
Bueno, parecía difícil pero por lo menos he resistido la
tentación de hablar de marcianos.
Y aquellos arcos y aquellas bóvedas... Ah, no, que no había. Aunque lo de cómo mataban a los piojos... Ah, no, que se rapaban el pelo. Bueno, César pilló por banda a Cleopatra...
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