domingo, 31 de enero de 2016

No se fusila en domingo – Recomendación combo


Allá por el lejano verano de 2015 dije que cuando leyera algún libro realmente interesante, lo recomendaría en este blog bajo la etiqueta “crítica literaria”. Y hasta ahora, sólo había podido recomendar “Sin Novedad en el Frente”.

Sin embargo, se une a la prestigiosa categoría de libros que solo puedo recomendar “No se fusila en domingo”. E intentaré hablar del libro sin hacer spoilers.

En sí, el libro narra los recuerdos de Pablo Uriel, un médico recién licenciado por la ciudad de Zaragoza, la preferida por un sector importante de sorianos de nacimiento, y de cómo le afecta personalmente la Guerra Civil. Aunque fueron editadas casi en el ocaso de su vida, las memorias de Pablo Uriel son autobiográficas y muy ricas: narrativamente brillantes, históricamente fascinantes. La principal barrera de este libro no son párrafos interminables o narración farragosa, el principal inconveniente que tendrá el lector es encontrarlo porque es una obra “minoritaria”. Su yerno, además, ha llevado las memorias de Pablo Uriel a la dimensión de la novela gráfica.

Portada del libro, para que lo reconozcáis nada más verlo

A pesar de estar en plena época de exámenes, las algo más de cuatro centenares de páginas me duraron apenas tres o cuatro noches. La narración es rápida, los capítulos cortos y el lector incumplirá de manera constante la frase “un capítulo más y lo dejo por hoy”: se lee sorprendentemente rápido, porque querrás saber qué le pasa a los personajes.

Esos personajes te cautivarán desde el principio. No son invenciones forzadas, son personas que alguna vez existieron, que Uriel recuerda en su memoria. Son amigos, compañeros… hasta enemigos, que se caracterizan por su carisma y humanidad. Todo  resulta creíble porque todo resulta verdadero. Entonces comprendes lo jodida que es la guerra: en la página anterior el personaje podía estar bromeando y en la siguiente morir por cualquier razón. Y, cuando un personaje muere, surge una rabia de lo más profundo de ti porque sabes que era una persona real, no un simple figurante, con sus sueños y esperanzas.

Estructuralmente, la novela se divide en tres fragmentos: vida en la retaguardia, vida en el frente y vida como prisionero. Las dos más profundas son las primeras, que son durante las que transcurre el gran grueso de la obra. La vida como prisionero de los republicanos es una especie de “epilogo”, comparativamente breve, que quizá sabe a poco.

Página perteneciente a "Un médico novato"

Temáticamente es mucho más compleja. El médico recién licenciado pasará por la cárcel y experimentará el horror de la represión falangista, con sus “paseos” al atardecer, con el stress de ver a sus compañeros marchan a ser fusilados en alguna cuneta remota, sin que nadie pueda hacer nada para impedirlo. Surge el tema de la inseguridad en la retaguardia, en la que cualquiera puede ser denunciado y fusilado sin juicio. Irónicamente, en el frente se está más seguro que en la retaguardia, por lo menos hasta que empieza el sitio de Belchite. La camaradería, al igual que en “Sin Novedad en el Frente” es uno de los aspectos más importantes, y la razón por la que Pablo Uriel no deserta para pasarse a las líneas republicanas.

Moralmente huye de blancos y negros. El propio Pablo Uriel tiene sentimientos republicanos, pasa por la cárcel y la represión se encarga de sepultar esos sentimientos bajo un falso patriotismo forzado, que le hace ingresar en el ejército. Ese mismo ejército que desprecia, que se ha sublevado contra los ideales que él defendía. Sin embargo, Uriel descubrirá que no todo el mundo en el ejército franquista es malvado y, de hecho, llegará a sentirse integrado y respetado por sus superiores.

Página perteneciente a "Atrapado en Belchite"

Si os soy sincero, es un libro que obligaría a leer en los institutos (y más teniendo en cuenta que se está cerrando la estupenda adaptación en forma de trilogía en cómic de Sento Llobell). Ilustra amargamente lo que es una guerra: sufrimiento personal, drama humano y pérdida constante. Cosas que no quedan reflejadas en las guerras limpias de los Call of Duty’s y videojuegos similares (aunque, dicho sea de paso, recomiendo “This War of Mine” como un acercamiento diferente al sufrimiento que genera guerra).

El cómic se presenta en tres tomos de los que aún falta el cierre: el primero es “Un médico novato”, el segundo “Atrapado en Belchite”. El dibujo es muy bueno, simple y esquemático, pero personal y expresivo; el guion es brillante. Las mecánicas del comic recuerdan a las de Maus o Persépolis, sobre todo aquellas relativas al horror de la vida diaria del preso político en  la cárcel, y la agonía de un Belchite sitiado que se gangrena lentamente.

Si podéis encontrar algún ejemplar (podéis comprarlos directamente a Sento Llobell en su propia web) leeréis sobre uno de los episodios más dramáticos de la Historia de España. Pero leeréis sobre personas humanas, con preocupaciones reales. Leeréis sobre el horror cotidiano de la guerra.

Y, sin embargo, os gustará el libro, os gustará el comic.

No hay comentarios:

Publicar un comentario