domingo, 22 de mayo de 2022

Lo de Rocroi



Como muchas de las derrotas militares, se ha romantizado mucho acerca de Rocroi. No es nada nuevo, las Termópilas también supuso un desastre para Esparta, pero ahí está, como si esa batalla fuera la hostia, a pesar de haber sido un debacle social para la polis, que perdió la gran mayoría de ciudadanos de derecho y de la que Esparta tardó décadas en recuperarse.

Pero no importa, porque ahí está el nacionalismo para convertir una simple derrota más en un “sacrificio heroico”. De “desastre” a “modelo”. Gracias, propaganda, por darnos razones para poder odiar a los franceses con un libro de historia en la mano. Pero no es muy difícil encontrar razones para odiar a los franceses, la verdad.

El caso, Francia estaba muy subidita de tono y la Guerra de los Treinta Años, que había empezado como una disputa religiosa, de repente había llamado la atención a un montón de países que querían encontrar una excusa para partirle la cara el vecino. El Imperio Hispánico, por su parte, le guardaba rencor absoluto por haber malmetido contra nosotros en Portugal (que por aquel entonces era parte de España) y en Cataluña (que por aquel entonces era parte de España).

Las pornoaventuras del Capitán Alatriste.

domingo, 15 de mayo de 2022

Dominar el fuego

 


Mira, en este blog se habla poco de Prehistoria, porque es una época horrible y aburrida (y de ese burro no me bajo). A la que la gente que le gusta esa época se emocionan por ver piedras que han sido golpeadas relativamente fuerte y fantasean con el concepto de cazador-recolector.

Pero el fuego, amigos míos, estoy seguro que el fuego es algo que excita sexualmente a los prehistoriadores. Porque si no, no me explico esa obsesión que roza lo enfermizo.

El primer problema que nos encontramos es datar el fuego usado por los humanos. El fuego ya existe en la naturaleza, no es como una televisión o un NFT de mono, que no se generan de forma natural. Entonces: ¿cómo distinguir un fuego normal de un fuego disfrutado por humanos?

Viril McMachez, domesticador profesional de fuegos.

domingo, 8 de mayo de 2022

La rebelión de los boxers


 

Los boxers son la prenda íntima más cómoda que puede portar un hombre, muy por encima de los slips. Los boxers no aprietan demasiado la entrepierna, al mismo tiempo que aportan una óptima sujeción de la genitalia.

Me informan que el párrafo introductorio es incorrecto en términos de contexto histórico, porque no nos estábamos refiriendo a los boxers de ropa interior, sino a chinos cabreados con predisposición a las artes marciales. Perdonadnos la confusión que pueda haber causado.

Finales del siglo XIX, China. Las potencias occidentales se reparten los territorios que la Dinastía Quing no podía controlar con eficacia, especialmente puertos en la costa. Comprenderéis que a los chinos, especialmente a los más tradicionalistas, no les hacía ni pizca de gracia esta injerencia extranjera. Aunque no queda ni la décima parte de guay si digo que todo esto es la enésima disyuntiva entre progreso y tradición.

La tradición de vestirse con pijama y llevar un cartel de "regalo abrazos".

domingo, 24 de abril de 2022

A los nazis les gustan grandes

 



Concretamente, enormes ¿Los tanques? grandes ¿Los cañones ferroviarios? monstruosos ¿Los trenes? que no me quepan en la boca. Perdón, eso último quizá es una traducción demasiado libre del alemán.

Pero vamos a centrarnos en los trenes gordos. Porque Europa no era Estados Unidos y su fetiche guarro con los coches, y la aviación de pasajeros tampoco había pegado el petardazo. Si te querías mover largas distancias por el continente, lo tuyo era el ferrocarril. Y Adolf Hitler lo tenía claro: trenes bien pepinos.

A ver, que no seré yo quien defienda a Hitler, pero algo de razón tenía. Y voy a matizar antes de que se me cancele.

En los años 30, quien partía el bacalao era Gran Bretaña, y Gran Bretaña era un imperio marítimo, con sus transatlánticos y sus buques de carga la hostia de grandes. Así que Alemania, que en el mar era ni fu ni fa, se centró en establecer su imperio continental. ¿Y qué transportaba rápidamente (para los estándares de velocidad de la época) pasajeros y mercancías? El tren.

La web de Renfe sigue usando arquitectura web de los años 30, solo así se explica que se cuelgue cuando más de tres personas navegan por ahí a la vez. 

lunes, 18 de abril de 2022

La Guerra de Corea



Uno de esos conflictos bonitos de la Guerra Fría, que son como pequeñitas guerras mundiales, pero no lo son, es la Guerra de Corea.

Resulta que cuando estallan las bombas atómicas, la Península de Corea estaba ocupada por el Imperio Japonés y los soviéticos estaban ocupados derrotando a Manchukuo, una especie de China títere colaboradora de los japoneses, que se habían montado para ellos, y que estaba en la zona de arriba de la actual Corea del Norte.

Y bueno, que los rusos no dijeron “cuidao, camaradas, que estamos entrando en lo que viene a ser Corea”, aprovecharon el descuido y siguieron avanzando por la Península de Corea hasta el famoso Paralelo 38. Allí es donde se encontraron con los americanos, que habían desembarcado en el sur y tampoco habían dicho “cuidao, muchachos, que estamos entrando en lo que viene a ser Corea”. Y ya tienes dos Coreas, la Corea de Arriba™ y la Corea de Abajo™.

Ahora sabemos que McArthur tenía razón, y dos no eran suficientes.

domingo, 10 de abril de 2022

Edad Media ¡qué progreso!



Estoy hasta los cojones de ver por ahí un corta-pega de lo puta mierda que era la Edad Media. Y sí, la Edad Media era una puta mierda, no lo voy a negar. Pero en la Edad Media intentaban no vivir en la puta mierda, porque a nadie le gusta vivir en la puta mierda. Simple y llanamente. No voy a poner imágenes, porque suficiente tocho ha salido esta semana.

La primera frase ya empieza así:

Al visitar el Palacio de Versalles en París, se observa que el suntuoso palacio no tiene baños.

Porque el siglo XVII es “Edad Media”, tócate los cojones. Todo el mundo sabe que la Edad Media dura hasta que empieza el siglo 19. Y leer los siglos en números normales va a ser lo menos incorrecto que va a ocurrir a lo largo de esta entrada. Porque fíjate, no hay baños en Versalles. Obviamente no puede ser porque los baños de la época eran baños muebles, sin fontanerías empotradas ni cosas así. Qué guarros eran en Versalles, que no tenían duchas con hidromasaje.

En la Edad Media, no había cepillos de dientes, perfumes, desodorantes, y mucho menos papel higiénico. Los excrementos humanos eran lanzados por las ventanas del palacio.

En la Edad Media los culos no se limpiaban. Era normal que la gente se cagara encima todo el rato. Una costumbre muy medieval era la de esperar que un calvo pasara cerca de las ventanas del palacio, para arrojarle con violencia heces y provocar las risas de los cortesanos cuando se le acertara en su calva con el material fecal.

En un día de fiesta, la cocina del palacio pudo preparar un banquete para 1500 personas, sin la más mínima higiene.

De hecho, eran tan guarros que, de haber existido tal espacio en la distribución de Versalles, se habría cocinado en el baño.

domingo, 20 de marzo de 2022

Las guerras son de lo mejor



La guerra es una pasada, y mola mogollón. Coger tu fusil, meterte en una trinchera y disparar a todo lo que se mueva hacia ti es un subidón de adrenalina y una sensación maravillosa. La batalla es el crisol en el que se forjan las personalidades y de la que surgen las grandes personas. Dijo nadie nunca.

Y esa visión romantizada de la guerra la tenemos todos.

Los videojuegos son el culpable más evidente al que incriminar. Son un elemento cultural que se consume ampliamente, y que es muy fácil de convertir en la cabeza de turco. Los videojuegos más populares son de disparos, competitivos, en los que solo puede haber un ganador y que refuerzan continuamente tu puntería con estímulos.

En la guerra puedes ser tan molón como estos muchachetes.

domingo, 13 de marzo de 2022

Ucrania, otra vez

 


Se acabó la tregua. Toca hablar de Ucrania.

El tema de Ucrania, sí. El tema de Ucrania nació con mucha gracia, además, en un momento de arte, de... de gracia. Porque estábamos entrando a la OTAN esos amigos que habitualmente nos juntábamos todas las tardes, nos contábamos nuestras cosas, tomábamos nuestras copitas... y en ese momento que estábamos jugando la partida, pues entró Putin y empezó a… a liar un porro. “Venga chavales, a la calle, de Ucrania nada eh, no me perjudiquéis, a la calle por favor que no me interesa a mí eso”.

Cuando estéis leyendo esto, la guerra en Ucrania llevará ya dos semanas y media de conflicto. Puede no parecer mucho, pero hay que tener en cuenta que Rusia, un país ENORME con poder militar ENORME, está invadiendo un país notablemente más pequeño. Que luego sí que es verdad que el equipamiento que está enviando Rusia a sus tropas no es el mejor, pero ahí está la cosa.

domingo, 6 de marzo de 2022

Los íberos, esos tunantes

 


Voy a hablar de otra cosa que no se Ucrania ¿vale?

Antes de que llegaran los romanos, había unos pueblos que habitaban la Península Ibérica. Nuestra querida Españita. La porción de terreno que no es Portugal. Realmente eran una serie de enclaves que más o menos compartían una cultura común. O unas culturas, porque la cosa no estaba unificada. Y, además, les gustaba hacerse la guerra entre ellos.

Por la zona del Pirineo Atlántico teníamos una fuerte influencia celta porque, bueno, estaban los celtas cerca. Se extendían hacia el sur por lo que viene a ser hoy en día Castilla, que en su tiempo era NoCastilla porque aún no se habían edificado sus característicos castillos.

Arqueólogo excavando unos estratos ibéricos.

domingo, 27 de febrero de 2022

La invasión de Afganistán.

 


Todo este tema de la invasión de Ucrania me recuerda a lo que vivió la Unión Soviética en Afganistán. Apartémonos en el espacio y en el tiempo para hablar de tensiones políticas, peticiones de ayuda, invasiones “de socorro” y todas esas cosas, pero en otro espacio y en otro tiempo. Por favor.

Durante la Guerra Fría, si pertenecías al Movimiento de Países No Alineados y llamabas la atención, tenías muchas posibilidades de acabar muerto. Los ejecutores eran variados: un comando de la CIA, un comando de la KGB, partidarios locales exaltados de la superpotencia A, partidarios locales exaltados de la superpotencia B… las posibilidades y combinaciones eran casi infinitas.

El Soviet Supremo exportando revolución.

lunes, 21 de febrero de 2022

Falsa alarma en el frente este

 


Gente, falsa alarma, no va a haber guerra. Todo está bien. Otra vez.

Es una pena que no se vaya a combatir el calentamiento global con un invierno nuclear, pero parece ser que Estados Unidos y la Unión Soviética ahora son muy amigos. Ay, mierda, he escrito “Unión Soviética” y ahora ya no lo puedo corregir. Perdonadme, es la costumbre.

Ucrania parecía uno de esos campos de batalla perfectos para hacer una guerra sin hacer una declaración de guerra, pero parece ser que habrá que dejarlo para otra ocasión. Atrás han quedado ocasiones como Vietnam, Afganistán o Corea y el futuro del mundo ahora es brillante y pacífico para todos. Europa respira aliviada sabiendo que no va a haber una guerra termonuclear en su patio trasero.

Porque sería de mala educación que Ucrania tuviera dos desastres nucleares en un mismo país en menos de 50 años. No, espera, que a mitad de estar escribiendo esto parece que ha vuelto a escalar la violencia otra vez. Cualquier comentario jocoso que pudiera hacer ha quedado obsoleto esta misma tarde.

Este es el meme de Putin con el que mas me he reído nunca, y si por él me tienen que deportar a Siberia, lo haré encantado por todo lo que he disfrutado.

domingo, 30 de enero de 2022

Lo que está pasando en Ucrania

 



Si no nos afectaran las leyes del espacio-tiempo, este fin de semana nos podríamos ir a dar una vuelta a la zona de Ucrania en el siglo XI, y seguramente habría el mismo follón montado que hay ahora. Porque Ucrania ha sido el patio de atrás (atrás no tenemos más que un patio, en cuál de atrás) de Europa.

Cuando existía el Imperio Romano de Oriente, toda la gente de los Países Bálticos y terruños similares, se bajaba para abajo para poder disfrutar de las soleadas playas del mediterráneo y sus adinerados reinos costeros. Los Varegos acudían a Constantinopla y sitios así para ofrecerse como mercenarios y ganar buen dinero. También existían rutas comerciales en las que se intercambiaban sedas y especias por pieles, ámbar y cosillas así.

El caso es que, entre cada uno de los extremos de la ruta comercial, estaba Kiev ahí en medio, controlando la enorme llanura que es esa parte del mundo hasta que se ve rota por los Urales y el Cáucaso. Desde Kiev se dominaba Bulgaria y las planicies de los jázaros, reinos a los que el Rus de Kiev dio fuerte y flojo de una forma que hasta el Imperio Bizantino empezó a tomarlos en serio y decidir que era mejor llevarse bien con ellos, antes de cabrearlos y darles razones para crear un impuesto de aduanas consistente en amenazar con una espada a todo comerciante que pasara por allí.

Ruskievs enfurruñados, potencia comercial.

domingo, 23 de enero de 2022

La burbuja de los tulipanes.

 


Mira, tendría que haber vuelto hace un par de semanas, pero estaba demasiado ocupado sobreviviendo a informes y burocracias y no tenía tiempo para sentarme, hacerme un té y ponerme a escribir de forma relajada una tarde entera. Y así ha pasado la navidad. Que, por cierto, no me han regalado lo que más quería: un buen NFT, con su blockchain y todo eso.

El caso es que después de esa osadía, nadie me ha regalado nada que me permita introducirme en el selecto club de gente al que le parecen interesantes los tuits de Willyrex. No soy uno de los elegidos. Otro año será.

Pero uno, que tiene el vicio de establecer paralelismos, se ha acordado de los Países Bajos. Porque, como se suele decir, “la historia se repite”. Y los historiadores tenemos la maldición de ver como se repite sin que nadie a nuestro alrededor nos haga caso, mientras nos quedamos calvos de tirarnos de los pelos. Que van a venir unos nuevos Pueblos del Mar y se nos van a comer, y nadie está viendo las EVIDENCIAS.

El caso, que los monos feos son los nuevos tulipanes holandeses.

Me siento sucio solo teniéndolo ocupando espacio aquí.