viernes, 26 de julio de 2019

¡Me entrevistan por primera vez!



Tengo el pasillo de mi casa lleno de sombrillas, pelotas Nivea y otros enseres arquetípicos empaquetados para dar a entender que me voy de veraneo con un clásico simbolismo fácil de comprender. Espero que este agosto haya menos calor (que de la ilusión también se vive) y que, independientemente de la temperatura que haya en la calle, paséis un buen verano.

Antes de desaparecer hasta septiembre y tomarme unas poco merecidas vacaciones, esta semana se adelanta un poco la actualización. Y encima es una actualización a través de otra página web. Así que espero que no os volváis muy locos, porque os dejo el link (para que lo podáis leer y todo eso) aquí abajo.




A disfrutar del verano todo lo que se puede disfrutar.

domingo, 21 de julio de 2019

Los cuatro días de Nápoles




Creo que todos (y cuando digo “todos” me refiero a “todos los lectores que tengo de España”) sabemos lo que ocurrió el dos de mayo de 1808 en Madrid y como el pueblo español se levantó contra el invasor extranjero ¿verdad? No hace falta que me contestéis, he crecido en la misma cultura que vosotros.

Pero, y ahora viene la pregunta trampa, ¿habéis oído hablar de lo que ocurrió en Nápoles a finales de septiembre de 1943? Espero que no, porque para eso estoy yo aquí, y me estaríais quitando el trabajo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Italia no fue lo que se dice excesivamente brillante, razón por la cual se rindió a los Aliados el 8 de Septiembre de 1943. Hitler, después de lanzar un enorme suspiró, procedió a invadir y ocupar militarmente a su antiguo aliado. Total, en eso de invadir ya tenía experiencia acumulada.

Con los Aliados llegando a las playas apenas a 50 kilómetros de distancia, los italianos de Nápoles desertaron como no ha desertado nadie nunca. Los alemanes tomaron el control de facto de la ciudad, declararon el estado de sitio y comenzaron a reprimir a aquellos italianos que se opusieron a la ocupación (que en un primer momento fueron los propios militares que no desertaron y el cuerpo de carabineros).

La rebelión tomó por sorpresa a los alemanes, que no se esperaban que los italianos hicieran cosas.

domingo, 14 de julio de 2019

Simón Bolívar



Pequeñito aviso para lectores latinoamericanos: No os toméis en serio mi blog. Soy un imbécil que se dedica a hacer bromas de ínfima calidad que muchas veces pueden considerarse de mal gusto. Vamos, que el nombre es “Diario de un vago histórico” no “Diario de un catedrático superserio” y eso debería ponerte un poco sobre la pista.

Simón Bolívar ("el Boli para los amigos"), el magno político y militar Venezolano. El liberador de Virreinatos. El semidios de metro sesenta y ocho.

Como mucha gente influyente de los siglos pasados, Simón Bolívar fue algo porque nació en una familia aristocrática con dineros que, como toda persona políticamente influyente de la época, era de ascendencia española. Si muchos de los países de Sudamérica aún tienen trazas de pigmentocracia en pleno siglo XXI, imaginaos como sería en el siglo XVIII.

El Simón Bolívar del siglo XXI. Sí, ese es el nivel.

domingo, 7 de julio de 2019

Alejandro Magno




Corre por Internet una especie de texto motivacional que te empuja a hacer grandes cosas porque Alejandro Magno ya era el dueño de un imperio cuando era un veinteañero. Como si el zagal hubiera llegado al mundo con las manos vacías y hubiera, en una especie de moraleja en la que el esfuerzo tiene su recompensa, amasado un imperio bien merecido. Alejandro Magno, el Amancio Ortega del helenismo clásico.

No estoy diciendo que el bueno de Alex no tuviera valía, que sobrevivir a los típicos complots dinásticos y a las obligatorias batallas tiene su mérito. Que la Antigüedad tenía sus cosillas, y una larga esperanza de vida no era uno de sus puntos fuertes. Pero para todos los aprendices de terapeuta emocional os lo digo: yo tengo derecho a ser un mierdas porque mi padre no era Filipo II, Rey de Macedonia.

Es cierto que los primeros años después de la muerte de su parte se tuvo que dedicar a re-consolidar su poder, conquistando a todos esos pueblos que habían aprovechado la muerte de Filipo para independizarse. Que puede ser una putada, sí, pero es como si en herencia tu padre te lega los ingredientes para hacer una deliciosa tarta: tienes que currártelo un poco, pero luego disfrutas comiéndotela. Pues Alejandro con su imperio es más o menos lo mismo, solo que con menos bizcocho.

Alejandro Magno a punto conquistar medio mundo armado solo con sus puños y un cabreo importante.