domingo, 26 de febrero de 2017

La exposición hispano-francesa de 1908



Esta semana, para cambiar un poco y dejar de hablar de la Guerra Civil, os voy a hablar de la exposición hispano-francesa de 1908. Así que no hay riesgo de perderse porque tampoco nos vamos muy lejos.

Era 1908. Europa no tenía ni idea de la fiesta que se iba a montar en 1914. España estaba a lo suyo, intentando demostrar al resto de las naciones serias que, a pesar de haber perdido sus últimas colonias, seguía siendo poderosa e importante. Y que si alguien tenía que llevar los cafés a los mandatarios importantes, ese podía ser Alfonso XIII, veinteañero en aquel momento.

Por aquel entonces, ni siquiera estábamos metidos en la Guerra de Marruecos, con la de Cuba ya habíamos tenido suficiente. Impresionar al resto de países con una intervención militar estaba descartado. Sin embargo, a todo el mundo le gustaban las exposiciones: era un impulso a la economía, ponían en contacto aspectos culturales y mostraban al mundo los adelantos industriales y técnicos. A la burguesía le encantaba todo este rollo.

¡Qué grandiosidad! ¿No os entran ganas de visitarla?

domingo, 19 de febrero de 2017

[Análisis] T.C. Worsley: "Los ecos de la batalla"


Tercera entrega de esta saga sobre estas recomendaciones de la Guerra Civil:


La semana pasada fue el aniversario de la masacre de la carretera Málaga-Almería.

Worlsey es el sidekick definitivo. Está ahí para ayudar lealmente al protagonista en los momentos de más necesidad, sin acaparar la atención de la figura principal. Worlsey es el Robin de Batman. El Dr. Watson de Sherlock Holmes. La Rose Tyler del Doctor. El Patricio de Bob Esponja.

Probablemente, por eso, todos sus personajes tienen un seudónimo. Su rol de apoyo es el resultado de ser autoconsciente de que no vale para ir por ahí matando fascistas, que es demasiado blando para el combate. Quiere aventuras y ayudar a España, como muchos intelectuales e izquierdistas del momento, pero no se atreve a dar el paso.

Al contrario que otros personajes de la colección, Worlsey  no corre a alistarse en el primer momento. Lo de pelear en primera línea se lo deja a otros compatriotas. Su peripecia española pasa por investigar el destino del carguero Komsomol, por ayudar en lo que puede en la carretera Málaga-Almería y buscar a sus amigos en la Batalla del Jarama.

Rara fotografía de Stephen Spender (derecha) y Thomas Chulbert Worsley (izquierda) corriendo por las calles del Madrid sitiado. (1937, fotografía coloreada)

domingo, 12 de febrero de 2017

[Análisis] John Sommerfield: "Voluntario en España"



Y vamos con el segundo libro de la colección: Voluntario en España.


John Sommerfield es un intelectual, aunque no es un erudito. Provenía de la clase media inglesa, pero abandona las relativas comodidades de las que gozaba por un trabajo precario y una vida bohemia. Porque es lo que estaba de moda en el periodo de entreguerras. Ser bohemio, beber absenta y explorar las vanguardias en Montmartre.

Su intelectualidad y su militancia se dan la mano en su trabajo como escritor, con obras como “Primero de mayo”. Con ese título ya os imaginaréis por dónde van los tiros en sus obras. A Sommerfield le encantaba el comunismo. Por eso, cuando un amigo vuelve de España y le pone los dientes largos, diciéndole que en España está ocurriendo una verdadera revolución, se alista. De hecho, toda su cuadrilla acaba en la sección de ametralladoras del batallón “Comuna de París”.

Desde el principio, “Voluntario en España” participa de la euforia inicial de la contienda. Todo lo comunista le entusiasma: las banderas rojas, cantar la Internacional, el material bélico de fabricación rusa, las milicianas… La obra la escribe cuando su fase comunista está en su máximo apogeo, así que la finalidad de la obra es la de informar a la par que concienciar. Lo cual quiere decir que muchas veces puede rozar lo propagandístico.

Que a ver, que yo también tengo mis musas de la Guerra Civil, pero por lo menos no lo voy escribiendo en un libro.

domingo, 5 de febrero de 2017

[Análisis] Esmond Romilly: "Boadilla"




Durante las próximas semanas, me dedicaré a publicar análisis de la colección "Armas y letras" de la editorial Amarú. Me parecen unos libros bastante interesantes y amenos de leer. No recomendaría nada que no pensara sinceramente que merece la pena. 

Así que empecemos.


Si te digo “Esmond Romilly” probablemente no te suene de nada, pero no te preocupes, para eso estamos aquí. Normal, toda la fama se la lleva Orwell y su Homenaje a Cataluña. Pero ¿te suena Winston Churchill? Un tipo así regordete, que fumaba puros como quien come pipas y que fue primer ministro de Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Te va sonando? ¿sí? Pues Romilly era su sobrino. Y me acabo de enterar de que tiene twitter.

En concreto, era conocido con el pintoresco mote de “el sobrino rojo de Winston Churchill”. Una especie de Indiana Jones, pero periodista en vez de arqueólogo. El odio hacia los nazis se mantiene inalterado, en cualquier caso. Era la oveja negra (¿o roja?) de una familia acomodada británica y durante toda su vida demostró ser un joven rebelde repleto de romanticismo aventurero.

Su rebeldía lo condenó a tener unas relaciones tensas con los estirados colegios privados que tanto gustaban en Gran Bretaña. Se fugó de varios e inició su carrera intelectual en otros tantos, pero la jerarquía, las normas y la rancia moral de las instituciones lo espantaba. Acabó decidiendo que eso de estudiar en esas academias no es lo que más le gustaba y se puso a trabajar en lo que buenamente pudo.

Esmond Romilly sirviendo unos pelotazos en algún lugar de Miami, allá por el final de los años 30.