Tengo un amigo que siente auténtica pasión malsana por
Europa del Este. Una especie de obsesión con los Balcanes que sólo puede saciar
conociendo más y más detalles absurdos sobre su cultura e historia, y que no
duda en compartir en voz alta para regocijo de todos los presentes. “¿Sabes que
los bosnios tienen una palabra muy curiosa para…?”, gracias por ser
deliciosamente pedante.
Por eso hoy le voy a dar una alegría y voy a hablar
del socialismo. Con playas.
“Un momento, pero la URSS también tiene espacios
costeros….” Oh, perdone el señor por no haber tenido en cuenta las paradisiacas
playas de Siberia. Corre, vete de veraneo a bañarte ahí, que seguro que a esas
latitudes no hay medusas dando por culo. Que seguro que no hay nada mejor que
hacer surf en un trozo de hielo flotante.
Josip Broz (conocido como “Tito”) nació en lo que por
aquel entonces era el Imperio Austrohúngaro y ahora es Croacia. Luchando en la
Primera Guerra Mundial fue capturado por los rusos y fue en los Urales donde
conoció el vicio del bolchevismo antes incluso de que la Revolución de Octubre
lo volviera mainstream.
Bienvenido a Yugoslavia. Tenemos playa, tenemos montaña, tenemos pintorescos habitantes. También estamos libres de espías estalinistas.