domingo, 13 de marzo de 2022

Ucrania, otra vez

 


Se acabó la tregua. Toca hablar de Ucrania.

El tema de Ucrania, sí. El tema de Ucrania nació con mucha gracia, además, en un momento de arte, de... de gracia. Porque estábamos entrando a la OTAN esos amigos que habitualmente nos juntábamos todas las tardes, nos contábamos nuestras cosas, tomábamos nuestras copitas... y en ese momento que estábamos jugando la partida, pues entró Putin y empezó a… a liar un porro. “Venga chavales, a la calle, de Ucrania nada eh, no me perjudiquéis, a la calle por favor que no me interesa a mí eso”.

Cuando estéis leyendo esto, la guerra en Ucrania llevará ya dos semanas y media de conflicto. Puede no parecer mucho, pero hay que tener en cuenta que Rusia, un país ENORME con poder militar ENORME, está invadiendo un país notablemente más pequeño. Que luego sí que es verdad que el equipamiento que está enviando Rusia a sus tropas no es el mejor, pero ahí está la cosa.

La guerra en Ucrania se había planeado como una blitzkrieg rápida. Entrar por la frontera, controlar los puntos importantes, asegurar la costa y poner a un presidente pro-ruso en el poder para joder a la OTAN. Fácil y sencillo sobre el papel, y el fin de semana a beber vodka en casa para celebrarlo. Pero la realidad desafía a la teoría, y los planes no siempre salen bien.

El caso es que Putin quería usar Ucrania como una advertencia, como una muestra de fuerza hacia la OTAN, un “cuidado conmigo, que estoy muy loco”. Pero lo cierto es que ha quedado bastante en evidencia porque Ucrania le ha resistido bastante bien el ataque. Es cierto que Rusia no ha enviado el mejor material de guerra al conflicto, porque lo considera un frente secundario, y que la OTAN está básicamente regalando armas a las milicias ucranianas sin hacer ninguna pregunta excepto “eh, chavalote, ¿quieres un arma?”, pero el conflicto se está alargando, para vergüenza de Rusia.

No le preguntes a un miembro del Batallón Azov por qué tiene un kubelwagen con los emblemas de la 1.ª División Leibstandarte SS Adolf Hitler.

La guerra en Ucrania empezó como una exhibición de fuerza por parte de Rusia. Una especie de aviso de que, pese a que ya no era la Unión Soviética, era alguien a quien tener en cuenta. Pero también era consciente de que no podía enseñar todas sus cartas y utilizar el armamento más nuevo. Total, que la ofensiva empezó con armamento obsoleto, pensando que sería un paseo, pero se ha demostrado todo lo contrario. El ejército ruso no era el ejército poderoso que proyectaban, sino que ha sido evidente que tiene sus problemas de suministro, material y corrupción.

Luego, está ocurriendo una cosa que creo que nadie se esperaba. Cuando empezó todo esto, la gente se lo tomó a coña, y empezaron los memes sobre la Tercera Guerra Mundial. Y otro sector de la gente se enfadó muchísimo porque las redes sociales no se estaban tomando en serio el drama de la guerra, y que a ver con qué autoridad estábamos bromeando con el sufrimiento de un país.

Dándolo todo en el frente de Internet.

Y llegaron los propios protagonistas del conflicto haciendo memes sobre el conflicto. Paracaidistas rusos subiendo vídeos de su salto en tiktok. Tractores remolcando tanques rusos abandonados. Una banda de música, con el uniforme completo de las milicias ucranianas, tocando el "Don't worry be happy" detrás de una barricada en Kiev. Propaganda y contrapropaganda basada en los memes, porque saben que atrás ha quedado el banner de un niño llorando y pidiendo tu ayuda, lo que se comparte ahora son las risas.

Y finalmente están los forofos de la guerra, que se toman todo esto como si de un partido de fútbol se tratase, y se les llena la boca de retórica bélica épica, como si fuera un campeonato de ver quien mea más lejos. Que se merecen que les hagan un Mortadelo mientras duermen.

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