Norton fue el primer emperador que llevaba su nombre. Por
eso fue conocido como Su Majestad el Emperador Norton I. Hasta aquí todo
normal, un emperador más en la larga lista de megalómanos con poder que nos ha
dado la Historia. Pero lo singular de Su Majestad el Emperador Norton I es que
sus títulos eran el de “Emperador de los Estados Unidos” y el de “protector de
México”.
Hay que aclarar que el emperador Norton era, en realidad,
Joshua Abraham Norton, nacido en la Gran Bretaña de principios del siglo XIX.
Provenía de una familia acomodada de comerciantes que se mudaron a hacer
fortuna a las colonias británicas de Sudáfrica. Allí moriría su padre a
mediados de siglo.
Con la herencia de su padre, Norton emigró a Estados Unidos,
la Tierra de las Oportunidades. Concretamente, a San Francisco. Allí se
enriqueció gracias al comercio para después perderlo todo. Arruinado y con
todos sus bienes embargados, lo que le llevó a enemistarse con el gobierno de
Estados Unidos, que dejó de ser la “tierra de las oportunidades” para él.
Al morir, el Emperador Norton trascendió su forma humana y se convirtió en antivirus.