domingo, 29 de septiembre de 2013

La reforma agraria de los Graco



La siguiente entrada va a estar escrita en basándonos en el análisis del texto de Apiano “Guerras civiles vol. I” (capítulos 7 al 13). Si es demasiado intelectual para usted, le pido perdón de antemano y dejo a su disposición vídeos de la gala "Murcia, que hermosa eres" en Youtubey en una calidad pésima.

El señor Apiano era un funcionario egipcio al servicio de Roma que vivió en torno al siglo II d.C. (muere en el 165) Su alto rango en la jerarquía romana le dio acceso a todo el archivo confidencial egipcio y presumiblemente este hecho hizo que le entrara el gusanillo de la Historia. Apiano escribiría  una historia de Roma a partir de todos los documentos que encontró en el archivo romano de Egipto.

A lo largo del texto se abordan (tanto explícitamente como entre líneas) temas problemáticos para la República Romana como el tema militar, el agrario o el económico. Y la reforma agraria de los Graco tocaba esos tres pilares de lleno.

Típico agricultor romano desesperanzado porque los senadores siempre se quedan las mejores tierras.

Tradicionalmente las tierras conquistadas iban a formar parte del “Ager Publicus” y el Senado hacia lo que le daba la gana con ellas: fundar colonias, venderlas, arrendarlas o cederlas. Obviamente los más beneficiados de los repartos eran los propios senadores, que se convirtieron en grandes latifundistas. ¿Por qué compartir algo cuando puedes alegar que es tuyo por derecho? Los senadores lo sabían y les gustaba coleccionar los lotes de tierras más jugosos en los repartos.

Tiberio Sempronio Graco fue elegido tribuno en el 133 a.C. y se propuso reformar el reparto de tierras para que favoreciera a los campesinos y pusiera un límite a los senadores. El deterioro de las condiciones del campesinado, al introducir masivamente la mano de obra esclava, había llevado a una masiva  emigración a las ciudades y una disminución en los reclutamientos. Puesto que en la época republicana los propios soldados se pagaban el equipamiento, ciudadanos pobres significaba que no podían gastarse el poco dinero que tenían en espadas y cascos.


¿Alterar la propiedad privada de la oligarquía? ¡Revolucionario!

La reforma en sí, plasmada en la Lex Sempronia Agraria, proponía que nadie podía poseer más de 500 yugadas de tierra (unas 125 hectáreas) procedentes del Ager Publicus. Las tierras que superaran esa cifra podían ser confiscadas y repartidas en lotes de 30 yugadas, pero sus beneficiarios no podrían venderlas o alienarlas y deberían pagar un pequeño canon por el usufructo de dichas tierras. En apariencia era una reforma revolucionaria: quitar a los gordos senadores para dar a los famélicos campesinos. Dicho así hasta suena a comunismo.

Los esclavos eran un problema. Si, aunque parezca mentira, el que te fuercen a trabajar de sol a sol por un poco de comida y un techo bajo el que dormir no gusta a todo el mundo. A pesar de su escaso coste de manutención y su abundancia (Roma había conquistado y esclavizado mucho territorio alrededor del Mediterráneo), los esclavos,  eran una amenaza si se organizaban. Había que trasladar el exceso de población que tenía Roma al medio rural otorgándoles tierras que cultivar para que tocaran a menos esclavos por cabeza.

Tiberio no vería su reforma llevada a la práctica porque moriría en el 132 a.C. en la propia celebración de las elecciones y su cadáver fue arrojado al río Tíber para evitar posibles tumultos en su funeral. Su muerte fue causada por las irregularidades políticas que había cometido como tribuno, no por las reformas que planteaba.

Distintas magistraturas roma... un momento... ¿Quién ha dejado al censor tirarse por el tobogán?

La reforma, en realidad, se aleja mucho del carácter “revolucionario”: los cambios que propone Tiberio Sempronio Graco buscan estabilizar un sistema en crisis para permitir su continuidad, en absoluto busca crear un sistema nuevo o dar demasiado poder a la plebe. Tiberio, de una familia aristocrática y pudiente, solo quería perpetuar el sistema que había conocido durante toda su vida mediante alguna pequeña reforma.


Y por eso la gente lleva camisetas del Che pero nunca veréis una camiseta de los Graco.

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