Hace tres días se estrenaba la serie española “Justo Antes
de Cristo”. La verdad es que tenía mucha curiosidad por ver qué clase de humor
habían utilizado en la serie. Y el ansia hizo que no me durara ni tres horas. Literalmente,
porque la primera temporada son seis episodios de algo menos de media hora cada
capítulo.
La serie es buena y te saca una sonrisa en más de una
ocasión. Si tuviera que definirla sería algo así como: “La vida de Brian”
conoce “Amanece que no es poco”. Las bromas no buscan la carcajada exagerada,
sino que son más bien como un amigo que te da un codazo con disimulo y te
señala discretamente una situación graciosa para que te sonrías. Por eso la
historia no se siente exagerada y los personajes, aunque excéntricos, resultan
coherentes dentro de su contexto.
La serie hace humor con lo cotidiano, humor a veces absurdo
pero nunca demasiado alejado de la realidad. Quizá es por eso por lo que
sientes cercanía con los personajes. Es una sucesión de chistes que
funcionarían en cualquier contexto mezclados con una sucesión de chistes
basados en los tópicos populares sobre el Imperio Romano.
Yo persiguiendo y acosando a la Historia.
Un momento – puede
que estés pensando – ¿cómo que tópicos?
¡si esto es lo que has criticado que hacían en otras ocasiones las películas históricas.
Amigo mío, llegados a este punto deberíamos hablar seriamente tu y yo sobre el
humor. Toma asiento en ese sillón, en ese en el que he puesto un cojín de pedos,
por favor.
Para que un chiste haga gracia tanto el emisor como el
receptor tienen que conocer un contexto y simbología concretos. Una broma que
tenga como protagonista a un habitante de Lepe tiene gracia si dicho habitante
comete una estupidez muy grande. En la simbología propia del humor, los Leperos
se han distinguido como personas muy tontas. Si por un casual el protagonista del
chiste hiciera algo impropio de un estúpido, nuestro interlocutor dirá el
temido “no lo pillo”.
Las cámaras grabando en el cardo del campamento... ¿o era el decumano? me cago en Remo, yo ya no sé ni lo que digo.
¿Por qué triunfan los memes? Porque son pequeños fragmentos
de humor que todos podemos digerir fácilmente. Por eso es importante que “Justo
Antes de Cristo” tire de tópicos que la mayoría de gente puede comprender y reírse.
Lo que pasa es que los viejos trajeados que están al mando no comprenden bien
estas cosas y por eso Cabronazi tuvo su campaña con Cuétara y aun no estamos
preparados para “Historia en Meme: la serie-musical”. Aunque pagaría por eso
último si estuviera en formato VHS.
Pero bueno, que me pongo a divagar como siempre. “Justo
Antes de Cristo” transcurre en una época de la que todo el mundo ha oído hablar.
Nombres como Marco Antonio, César, Octavio… suenan a todo el mundo y, de hecho,
sabemos que la serie transcurre en el año 31 a.C. porque uno de los argumentos
recurrentes a lo largo de los capítulos es la mención de la guerra civil entre
Marco Antonio y Octavio. Incluso se llega a mencionar lo importante que va a
ser la batalla de Accio.
Al menos el vestuario de“Justo Antes de Cristo” no es el de "Hispania".
Otra de las cosas que me ha sorprendido es que, a pesar de
ser una serie de romanos, huye del look semanasantero que se empeñan en
perpetuar siempre. Incluso, a pesar de compartir vestuario con series como “Hispania”,
han sabido como parecer más dignos. También está el hecho que en una comedia se
puede vestir peor para crear humor visual, cosa que no puede hacerse en un
dramón para adolescentes, pero eso es otro tema. Puede parecer raro ver a legionarios
romanos cesarianos con lorica hamata, pero es lo correcto.
En general me ha parecido una experiencia agradable. Ahora,
cuando estoy escribiendo esto, he revisionado los tres primeros episodios con
mi madre para tener la opinión de alguien que no sea un enfermo de la Historia.
Los detalles de vestuario (para bien y para mal) no importan, pero parece ser
que las bromas siguen funcionando, incluso entre los no historiadores. Puede que no sea una obra maestra, pero creo que merece una oportunidad.
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