domingo, 12 de abril de 2015

La Revolución Francesa (II)



Aquí llegan las guillotinas.

Habíamos dejado la Revolución francesa a mediados de 1793, a punto de iniciarse uno de los periodos de los que todo el mundo se quiere alejar en la política actual.  Y si no os suena es porque ahora está más de moda nombrar a Venezuela. Pero a principios de siglo XX, en los círculos conservadores, la Francia de 1789 era la Venezuela de ahora, creedme.

Hoy en día hay quienes ven con horror en el monstruo en el que se convirtió la Revolución Francesa y hay otros que justifican el periodo en un contexto de complots internacionales que buscaban destruir a la recién nacida República Francesa. Hay que comprender que en un contexto político europeo en el que abundaban los imperios y las monarquías, el que en Francia se cargaran al rey hizo que, antes de que la moda se extendiera fuera de las fronteras, quisieran pararle los pies a los franceses con cualquier jugarreta.

Primera imagen de guillotina. El "Escuadrón del Tópico" ha llegado, que todo el mundo respire aliviado

Pero bueno, que El Terror no fue solamente aplicar guillotina a los cuellos de aquellos que tuvieran cara de absolutistas reaccionarios por parte del Comité de Salud Pública, que también. En el periodo se abolió la esclavitud, se establecieron precios límite a los cereales y las leguminosas, establecimiento de la educación primaria como obligatoria y gratuita, comienzo de una campaña para construir un estado laico… y muchas cosas más que parecen impropias de hace más de doscientos años.

Pero también tuvieron medidas curiosas, como la obligación de “tutear” a las personas, la creación del calendario revolucionario (que no hay quien lo entienda) o la sustitución de la religión cristiana por una religión basada en la Razón. Todas esas cosas tenían su lógica para aquellos que habían vivido la Ilustración, pero para nosotros nos resultan bien raras.

Jodidos ingleses, como no se les va a querer haciendo estas caricaturas tan sutiles e imparciales

Robespierre creó una especie de religión laica con la que sustituir al catolicismo, el culto al Ser Supremo. Las iglesias eran consideradas templos de la filosofía y la razón, generándose un montón de fiesta laicas con las que sustituir las fiestas religiosas tradicionales y que promovieran valores ciudadanos (aunque un tanto abstractos): la Amistad, la Fraternidad, el Género Humano, la Infancia, la Juventud… un culto bastante extraño, la verdad. Que no se enteren los hípsters de esto, que hacen un revival de  todas fumadas extravagantes con tal de no ser mainstream.

Al final la Revolución se volvió en contra de los propios revolucionarios y a Robespierre lo arrestó un gendarme con el pintoresco nombre de Charles-André Merda, lo acusaron de traición y fue guillotinado. Le dieron de su propia medicina. Un poco de Angileptol de acero cayéndole sobre el cuello, en concreto.

Maximilien François Marie Isidore de Robespierre. No se si llegará a conquistar tu corazón, pero desde luego te hará perder la cabeza

Con el guillotinamiento de Robespierre acababa el Terror y empezaba otra serie de guillotinamientos: el periodo termidoriano. Los exaltados jacobinos, con Robespierre y Saint-Just a la cabeza, no fueron capaces de solventar la crisis económica francesa y, aunque sus medidas se centraron en asegurar el aprovisionamiento de alimentos de la ciudad de París, hicieron aflorar el mercado negro y peligrar a la industria local. Por lo tanto, guillotina y que prueben otros.

Los termidorianos se consolidaron en el poder ejecutando a aquellos que habían simpatizado con los jacobinos, depurando en la medida de lo posible a todos esos revoltosos que no comulgaban con las ideas moderadas. De esta forma llegaron al poder los burgueses moderados amantes del orden, de la mano del Directorio. Esos mismos burgueses, al cabo del tiempo, tampoco pudieron atajar el problema de los disturbios callejeros y un militar terminó dando un golpe de estado y nombrándose Primer Cónsul.


Su nombre, Napoleón Bonaparte. 

Menos referencias a la guillotina aquí mismo.

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