Esta entrada no tendrá chascarrillos humorísticos, es una sincera recomendación. Hace tiempo que seguía la
pista con esperanza a un juego que ha pasado desapercibido entre los grandes
bombazos de las grandes empresas. Pese a que tiene a Ubisoft como
distribuidora, que no es moco de pavo,
se le podría considerar un “indie”.
Estoy hablando de Valiant
Hearts.
Llegué a decir que nunca
se podría sacar un juego de la Primera Guerra Mundial pero me equivocaba. En
Valiant Hearts empiezas en la alegre y veraniega campiña francesa, cargando
ciegamente mientras enarbolas una bandera francesa, y terminas recorriendo las
enlodadas trincheras en la ofensiva Nivelle, mientras ves caer a tus compañeros
a tu alrededor por el fuego de las ametralladoras.
El apartado visual tiene
mucho que decir en la ambientación. Los colores de los niveles en los que se
divide el juego tienen una paleta cromática diferente, cambiando de colores
luminosos a otros más apagados y sombríos. El juego, con sus colores planos y
su marcado estilo de dibujos animados, es diferente a todos esos juegos de
nuevo cuño que buscan el realismo gráfico. Gráficos, gráficos, GRÁFICOS por
encima de todo.
Sin embargo, cuando hay
que mostrar la guerra en su total crueldad, la estética de dibujos animados
logra su cometido. Estas cargando en Chemin des Dames, en medio de la ofensiva
Nivelle, con un oficial caricaturizado gritándote en la nuca que avances
mientras un rio de camilleros llegan a las trincheras trayendo los restos de la
oleada anterior. O al principio, cuando estás en tu primera carga de infantería
y comienzas a ver cuerpo sin vida destrozados por la artillería tirados por los
prados y comienzas a sospechar que algo no está bien.
A pesar de todo, creo que
no matas a nadie por propia voluntad. No disparas, no lanzas granadas al
enemigo… sólo noqueas y ayudas a la
gente de tu alrededor para resolver los sucesivos puzles. Podría decirse que mantienes
un comportamiento humano mientras ves que todo se está yendo a la mierda a tu
alrededor. Los protagonistas no son soldados, son simples personas que se han
visto empujadas en contra de su voluntad en el conflicto.
En cuanto a la historia…
no tiene gran complicación pero, a lo largo de los varios niveles que tiene el
juego, llegas a conectar con los personajes. Todos ellos son únicos y característicos:
Emile, Anna, Freddie, Karl… y como cameo, George, el aviador británico. Porque ese
es su inconveniente: aunque en el tráiler lo presentan como un personaje
principal, en realidad solo tiene una velada aparición secundaria en una
misión, y ni siquiera lo puedes manejar. Esa ha sido una de las pocas decepciones
que me ha dado el juego, que hayan recortado a un personaje con una historia
que tenía mucho potencial.
Históricamente es un juego
fuerte que se apoya precisamente en la verosimilitud. Conforme vayas avanzando
en los diferentes niveles, irás desbloqueando pequeños fragmentos, que no se
hacen nada pesados de leer, y que dan contexto a la escena. Además, hay toda
una serie de coleccionables que profundizan aun más en la carga histórica,
aunque son mucho más secundarios y anecdóticos. En cualquier caso, no son
enormes tochos que dan pereza leer.
Las misiones son variadas,
aunque la mecánica termina haciéndose un poco repetitiva y pierde capacidad de
sorpresa al final pero, como no es especialmente largo, no se le puede acusar
de provocar aburrimiento. Las diferentes misiones con los personajes se
intercalan con una fase de conducción, en la que hay que sortear obstáculos y
bombas al ritmo de la Brahms o “El vuelo del moscardón”, aunque mi preferida es
la que conduces un taxi desde Paris para ir al Marne a ritmo de can-can.
Porque esa es otra, la
banda sonora es preciosa. A veces he repetido misiones solo para escuchar la
banda sonora. Indudablemente, tanto la estética cmo el sonido son los puntos
fuertes del juego.
No es un juego muy largo,
en dos tardes relajadas de lo puedes pasar por primera vez, pero eso no le
quita mérito. La impresión general es la de que es un juego muy bien hecho y
entretenido, pensado para un público minoritario pero con un trabajo cuidado al
detalle con mucho mimo.
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