El otro día, mientras paseaba por el centro de mi ciudad
natal, una pareja de religiosos estaban repartiendo panfletos. Yo, curioso,
cogí uno de ellos (me refiero al panfleto, no al religioso) y para mi sorpresa
reflejaba una visión bastante apocalíptica de Halloween.
Según el texto parece que cada año las calles amanecieran
llenas de niños muertos por caramelos envenenados o llenos de cristales como
sacrificio a Satanás. A lo largo de todo el texto se relacionaba halloween con
las prácticas paganas y satánicas temibles, y no menos abominables, cuyos
protagonistas eran niños inocentes.
Como si los niños fueran siempre inocentes. Me acuerdo yo de
lo crueles que pueden llegar a ser los niños. En mi colegio lo que abundaba
eran pequeños monstruos que se alejaban
mucho del niño estereotipado de inocente candidez.
A lo que íbamos, la festividad de Halloween. Parece que
efectivamente tiene influencia celtica, romanizada y posteriormente
cristianizada, pero celtica al fin y al cabo. Cuando en los siglos XVII y XVIII
los irlandeses emigraban en masa a lo que hoy es Estados Unidos, esta arraigada
tradición cruzó el charco y echó raíces allí también. Actualmente en casi todo
el mundo se celebra con más o menos fuerza, pero son los países anglosajones
los que se llevan la palma.
Celtas: elijas truco o trato tu casa va a acabar en llamas y encima no se caracterizan por llamar educadamente a la puerta
Parece que inicialmente servía como fecha para reunirse toda la familia, hacer
inventario de provisiones y prepararse para el invierno. En este día, el
Samhain, terminaba el verano y comenzaba la oscuridad, considerado por los
antropólogos como el “año nuevo” celta. En esa reunión familiar se recordaba a
los familiares muertos, cuyos espíritus eran invitados y homenajeados; y a los
enemigos, que eran ahuyentados y recriminados.
Para cualquier cultura la noche del 31 de octubre al 1 de
noviembre es una fecha mágica en la que el mundo espiritual y al físico se
acercan. No sólo los espiritus malignos aparecen en nuestro mundo, también los espíritus
positivos pueden visitarte. En general, es una fecha muy relacionada con la
magia y los muertos que el cristianismo supo aprovechar para rendir homenaje a
los antepasados por medio de la festividad de Todos los Santos.
En los cementerios españoles preferimos el clásico "a ver quien la tiene mas grande". Refiriéndonos a las coronas de flores, claro
En la actualidad podemos ver dos mundos chocando. No es el
choque de mundo de los espíritus y el de los humanos, es el choque de la
globalización frente a la tradición. En la televisión se emiten series en las
que se celebra Halloween con disfraces y golosinas debido a la influencia
anglosajona. Por otra parte, la familia (especialmente los más mayores) pone
flores frescas en las tumbas de los familiares muertos, van a los pueblos a
visitar la familia o se pone velas en las parroquias en señal de respeto a los
muertos.
Por todo ello, es normal que la Iglesia vea con malos ojos
este “revival” pagano. Los católicos ven con alarma como ritos que se
celebraban en un rincón del planeta y creían apaciguados desde hace centenares
de años vuelven a ser populares en todo el mundo. Pese a que las facetas más
escabrosas de la tradición céltica se hayan limado, no las hace menos
peligrosas para las religiones ya asentadas. Y hacen bien con tenerles miedo, los celtas se vestían en Halloween de espíritus malignos tan bien que ahuyentaban todos los años a los propios espíritus malignos.
Aunque si los espíritus que vienen ahora son así, yo les abro las puertas de mi casa de par en par.
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