martes, 5 de noviembre de 2013

Calabaza's day


El otro día, mientras paseaba por el centro de mi ciudad natal, una pareja de religiosos estaban repartiendo panfletos. Yo, curioso, cogí uno de ellos (me refiero al panfleto, no al religioso) y para mi sorpresa reflejaba una visión bastante apocalíptica de Halloween.

Según el texto parece que cada año las calles amanecieran llenas de niños muertos por caramelos envenenados o llenos de cristales como sacrificio a Satanás. A lo largo de todo el texto se relacionaba halloween con las prácticas paganas y satánicas temibles, y no menos abominables, cuyos protagonistas eran niños inocentes.

Como si los niños fueran siempre inocentes. Me acuerdo yo de lo crueles que pueden llegar a ser los niños. En mi colegio lo que abundaba eran pequeños monstruos que  se alejaban mucho del niño estereotipado de inocente candidez.

A lo que íbamos, la festividad de Halloween. Parece que efectivamente tiene influencia celtica, romanizada y posteriormente cristianizada, pero celtica al fin y al cabo. Cuando en los siglos XVII y XVIII los irlandeses emigraban en masa a lo que hoy es Estados Unidos, esta arraigada tradición cruzó el charco y echó raíces allí también. Actualmente en casi todo el mundo se celebra con más o menos fuerza, pero son los países anglosajones los que se llevan la palma.

Celtas: elijas truco o trato tu casa va a acabar en llamas y encima no se caracterizan por llamar educadamente a la puerta

Parece que inicialmente servía como  fecha para reunirse toda la familia, hacer inventario de provisiones y prepararse para el invierno. En este día, el Samhain, terminaba el verano y comenzaba la oscuridad, considerado por los antropólogos como el “año nuevo” celta. En esa reunión familiar se recordaba a los familiares muertos, cuyos espíritus eran invitados y homenajeados; y a los enemigos, que eran ahuyentados y recriminados.

Para cualquier cultura la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre es una fecha mágica en la que el mundo espiritual y al físico se acercan. No sólo los espiritus malignos aparecen en nuestro mundo, también los espíritus positivos pueden visitarte. En general, es una fecha muy relacionada con la magia y los muertos que el cristianismo supo aprovechar para rendir homenaje a los antepasados por medio de la festividad de Todos los Santos.

En los cementerios españoles preferimos el clásico "a ver quien la tiene mas grande". Refiriéndonos a las coronas de flores, claro 

En la actualidad podemos ver dos mundos chocando. No es el choque de mundo de los espíritus y el de los humanos, es el choque de la globalización frente a la tradición. En la televisión se emiten series en las que se celebra Halloween con disfraces y golosinas debido a la influencia anglosajona. Por otra parte, la familia (especialmente los más mayores) pone flores frescas en las tumbas de los familiares muertos, van a los pueblos a visitar la familia o se pone velas en las parroquias en señal de respeto a los muertos.

Por todo ello, es normal que la Iglesia vea con malos ojos este “revival” pagano. Los católicos ven con alarma como ritos que se celebraban en un rincón del planeta y creían apaciguados desde hace centenares de años vuelven a ser populares en todo el mundo. Pese a que las facetas más escabrosas de la tradición céltica se hayan limado, no las hace menos peligrosas para las religiones ya asentadas. Y hacen bien con tenerles miedo, los celtas se vestían en Halloween de espíritus malignos tan bien que ahuyentaban todos los años a los propios espíritus malignos.


Aunque si los espíritus que vienen ahora son así, yo les abro las puertas de mi casa de par en par.

No hay comentarios:

Publicar un comentario