Escribo esto mientras evoco, gracias a las fotos que hice, lo bien que lo pasé el domingo pasado. El pasado día 3, vamos. En los jardines de la Aljafería un generoso puñado de frikis (porque reconozcámoslo, hay que ser friki tanto para recrear como para disfrutar con la recreación) estuvieron pegando cañonazos, tiros y, en general, haciendo mucho ruido para deleitar a un numeroso público entregado y exigente. Esos hombres y mujeres amantes de lo napoleónico me hicieron pensar "venga, vamos a dedicarles una entrada". Así que para ellos va la entrada de hoy:
La "Llaga Española", así es como denominaban los franceses a la ardua tarea de conquistar el territorio
español.
Gobernado por un rey títere como Carlos IV, una reina “desvergonzada y disoluta” y un primer
ministro corrupto, Napoleón supuso que la conquista de España sería un
caramelito. En sus memorias escritas en Santa Helena, Napoleón se felicita por
haber derrocado a los Borbones en Nápoles (y efectivamente fue un éxito y un
acierto) y se lamenta de haber intentado gobernar España.
Mientras tanto, en una realidad alternativa: todo el mundo quiere a Francia
La Iglesia, desde siempre, ha aceptado con gusto todas las
concesiones que se le han hecho pero se ha llevado las manos a la cabeza cuando
se ha intentado limitar su autoridad. Aun hoy, 200 años después, se ve ese
espíritu de “no-me-obliguéis-a-soltar-mi-trono” del que hace gala los
eclesiásticos españoles. Pues bien, hace 200 años aun era más difuso el límite
entre Iglesia-Estado y la reforma del Estado llevaba la reforma de la Iglesia.
La parroquia de Santa Engracia: dulces recuerdos de tolerancia y concordia para los dos bandos de la Guerra de la Independencia
Así que entre el pueblo llano, que era extraño a los ideales
ilustrados y afrancesados (si no sabían ni escribir, no les hagas pensar más
allá de cómo van a vivir mañana) los sectores reaccionarios eclesiásticos
hicieron su agosto. Proyectando odio hacia los franceses, el pueblo llano llegó
a protagonizar el principio de esa insurrección antifrancesa ante la pasividad
(e incluso colaboración) de gran parte de la monarquía, nobleza y altos cargos
militares.
- Deténgalo, estaba extendiendo ideas ilustradas en la puerta de aquel colegio.
- Esta vez si que la has hecho buena, Sr. Ilustrado, te van a caer unos cuantos años a la sombra.
Finalmente Napoleón, irritado ante la firme oposición de los
ciudadanos de un sistema que creía fácil de destruir, escarmentó y puso fin a
sus planes del gobierno de España. Pero la historia está condenada a repetir
los errores napoleónicos (y no me refiero a los intentos de conquistar Rusia en
invierno por Hitler) y años más tarde el pobre Amadeo de Saboya vendría con
toda la buena voluntad del mundo a gobernar el país.
Napoleón después de la fiesta de Bailén, con la conocida "resaca ibérica"
Y con la derrota de los franceses volvía Fermando VII "el deseado" de su cómodo exilio en Francia con unas ideas en la mente que distaban mucho de los cánones del pensamiento liberal.Y es que, aunque sean gobernantes corruptos e inútiles los
que nos gobiernan, desde siempre han sido nuestros
gobernantes y se les quiere como a hijos, por muy feos y retrasados que sean.
APÉNDICES:
Nota para puristas: Según la traducción que hagas se puede hablar de "llaga española" o de "úlcera española". Ambas son aceptadas, ambas son muy ilustrativas.
Fotos del día 3:
APÉNDICES:
Nota para puristas: Según la traducción que hagas se puede hablar de "llaga española" o de "úlcera española". Ambas son aceptadas, ambas son muy ilustrativas.
Fotos del día 3:
Lineas de batalla saludándose
Conquistando el cañón
La formación militar más temida: el pasillo de collejas
Polacos en toda su jartitud
Apretón de manos final
Mismo nivel de fiesta que un botellón pero con la diferencia de que estos tienen cañones
...
Etc.
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