domingo, 16 de diciembre de 2012

This is the end...

... my only friend, the end...


Parece ser que los domingos ya se han constituido como “el día de la actualización del blog”. Esas tardes aburridas de spleen, como diría Baudelaire, son las que despiertan a mis ganas de escribir y de hacer algo en general.

Bueno, como parece ser que para el día 21 estaremos todos muertos o seremos unos supervivientes milagrosos (yo espero estar entre los del segundo grupo, solo por el hecho de todo lo que tengo ya creado de refugio e infraestructura propia de un conspiranoico paranoide). Sobrevivamos o no, lo que está claro es que la civilización que surja de esas cenizas no tendrá internet y la gente no podrá acceder a este blog.

Ha sido un placer compartir este tiempo con ustedes. Corto pero intenso. Denme sus chapas (o unidad monetaria postapocaliptica equivalente) si nos encontramos por el yermo o invítenme a una Nuka-Cola. 

Edit. del 18/12/2012 Posiblemente me vestiré elegante, de etiqueta, con el abrigo largo y mi boina para protegerme la cabeza. De la nevera sacaré una botella de champán que tengo para ocasiones especiales (no la vamos a tirar a estas alturas). Cogeré el coche y me subiré al monte más cercano y alto que haya con una silla blanca de jardín  una copa de champán burbujeante en mi mano derecha, un cubo de palomitas en la izquierda y mi tocadiscos enchufado a la batería del coche con mis vinilos de Tchaikovsky y Wagner a todo trapo... y a disfrutar del espectáculo.

Solo espero que, sea como sea el final, esté sincronizado con las últimas notas de la Obertura de 1812.


1 comentario:

  1. ¡Oh, referencias a The Doors (en versión Apocalypse Now, I hope) y a Baudelaire! Se ha ganado usted un hueco en mi exclusiva barra de marcadores.
    (¡aunque si el viernes no hay un tsunami en el Ebro exigiré que me devuelvan los dineros!)

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