Parece ser que los domingos ya se han constituido como “el día de la actualización del blog”.
Esas tardes aburridas de spleen, como
diría Baudelaire, son las que despiertan a mis ganas de escribir y de hacer
algo en general.
Bueno, como parece ser que para el día 21 estaremos todos
muertos o seremos unos supervivientes milagrosos (yo espero estar entre los del
segundo grupo, solo por el hecho de todo lo que tengo ya creado de refugio e
infraestructura propia de un conspiranoico paranoide). Sobrevivamos o no, lo
que está claro es que la civilización que surja de esas cenizas no tendrá
internet y la gente no podrá acceder a este blog.
Ha sido un placer compartir este tiempo con ustedes. Corto
pero intenso. Denme sus chapas (o unidad monetaria postapocaliptica equivalente)
si nos encontramos por el yermo o invítenme a una Nuka-Cola.
Edit. del 18/12/2012 Posiblemente me vestiré elegante, de etiqueta, con el abrigo largo y mi boina para protegerme la cabeza. De la nevera sacaré una botella de champán que tengo para ocasiones especiales (no la vamos a tirar a estas alturas). Cogeré el coche y me subiré al monte más cercano y alto que haya con una silla blanca de jardín una copa de champán burbujeante en mi mano derecha, un cubo de palomitas en la izquierda y mi tocadiscos enchufado a la batería del coche con mis vinilos de Tchaikovsky y Wagner a todo trapo... y a disfrutar del espectáculo.
Solo espero que, sea como sea el final, esté sincronizado con las últimas notas de la Obertura de 1812.
Edit. del 18/12/2012 Posiblemente me vestiré elegante, de etiqueta, con el abrigo largo y mi boina para protegerme la cabeza. De la nevera sacaré una botella de champán que tengo para ocasiones especiales (no la vamos a tirar a estas alturas). Cogeré el coche y me subiré al monte más cercano y alto que haya con una silla blanca de jardín una copa de champán burbujeante en mi mano derecha, un cubo de palomitas en la izquierda y mi tocadiscos enchufado a la batería del coche con mis vinilos de Tchaikovsky y Wagner a todo trapo... y a disfrutar del espectáculo.
Solo espero que, sea como sea el final, esté sincronizado con las últimas notas de la Obertura de 1812.
¡Oh, referencias a The Doors (en versión Apocalypse Now, I hope) y a Baudelaire! Se ha ganado usted un hueco en mi exclusiva barra de marcadores.
ResponderEliminar(¡aunque si el viernes no hay un tsunami en el Ebro exigiré que me devuelvan los dineros!)