domingo, 8 de septiembre de 2019

La Historia de Inglaterra es de cutres





El verano causa estragos en las personas decentes. Basando el prototipo de “persona decente” en mi mismo: alguien que aborrece las camisetas de tirantes, procura tener una higiene aceptable incluso en los días de más sudor y se pasa las mañanas yendo a leer periódicos de hace 100 años en el Archivo Provincial. Por no hablar de la relación destructiva que tengo con las tarrinas de helado de menta y chocolate.

Pero el verano también es una época en la que se produce uno de los fenómenos de la naturaleza más bellos que tienen la suerte de apreciar los españoles. Cada año, cuando empieza a subir el mercurio de los termómetros y los días de alargan, miles de turistas ingleses emigran a las amplias zonas de costa para comportarse como seres fruto de la endogamia y la mala genética, (intentar) aparearse y beber el suficiente alcohol barato como para aguantar todo el invierno en su isla. Hasta que, al año que viene, vuelva a sentir la llamada de la naturaleza y se repita el ciclo.

Los Simpsons teniendo razón.

En su intento de impresionar a la hembra para proceder luego al apareamiento, el turista inglés, un coctel de hormonas y alcohol barato, intentará saltará desde un sitio alto e intentará vivir para narrar su gesta. Esto no era mortal de por si hasta que las costas españolas se llenaron de altos bloques de pisos con terrazas y balcones. En ese momento, las hembras inglesas empezaron a elevar sus exigencias en cuanto a valentía y capacidad saltadora.

El caso es que me pareció tremendamente divertido como la novia de uno de esos ingleses saltadores justificaba a su amado diciendo que los balcones en España eran muy bajos y que claro, su alma gemela se había caído en el viaje de negocios que había hecho a Magaluf. Viaje de negocios. En Magaluf.

Todo esto es una introducción excepcionalmente larga para decir que mi verano muy bien, gracias, pero que los ingleses son capaces de justificar cualquier defecto que tengan, mientras ellos magnifican los de sus adversarios. Así es como ha funcionado la historiografía inglesa y cómo funcionará por los siglos de los siglos.

Un país que tiene esto como "pináculo culinario" no debería considerarse "civilizado".

Así como los americanos solo saben hablar en primera persona y de lo buenos que son ellos, es como si los ingleses, conscientes de que tienen que hacer olvidar a la gente la lluvia y la niebla, optaran por la vieja táctica del instituto de echar mierda sobre tu competencia para parecer mucho más interesantes a los ojos de la chica que te gustaba. Ingleses: no me malinterpretéis, sin rencores, yo haría lo mismo si mi país fuera fruto de las sucesivas invasiones de los pueblos bárbaros más feos.

Y no es para menos, los ingleses se han peleado, directa o indirectamente, con todos los países que han podido. Países desarrollados, países en vías de desarrollo, metrópolis, colonias, países que ya no existen… intenta hacer que un inglés hable bien de alguien y estarás a punto de ver como alguien sufre una embolia. Excepto Canadá, que a Canadá le gustan las relaciones tóxicas y dependientes, con cuero negro y látigos de por medio.

La única visión de la Historia de Inglaterra que acepto y aceptaré como válida.

La historiografía inglesa no solo pone a España una leyenda negra (la famosa Leyenda Negra, así, con mayúsculas) también con mira por encima del hombro a Italia, Francia o Alemania, por poner algunos ejemplos, al mismo tiempo que exporta la visión del inglés culto y puntual como arquetipo. La idea es hacer parecer que su isla está poblada de caballeros exquisitamente trajeados que discuten sobre Dickens mientras toman su té, y que no son lo más parecido a hooligans borrachos a las dos del mediodía en un oscuro pub que combinan calcetines con chancletas de plástico.

Inglaterra es muy diferente a lo que nos venden los Workbooks, siempre ha tenido fama de tener la cabeza muy metida dentro de su propio culo e intentar convencer a la gente de que su mierda no huele. Todo el revuelo que hay ahora con el Brexit no es más que la culminación de siglos y siglos de firme creencia de que vivir en esa isla te hacía superior que la gente que vivía en el continente.

Con todo ello quiero advertir al posible lector que tenga cuidado cuando lee sobre ingleses hablando de su propia historia, porque probablemente tenga un porcentaje de fantasía mayor que el de El Señor de los Anillos, otro pináculo de la cultura inglesa. Las cosas pueden ser de menor color de rosa de lo que aparecen. Pero como todo en la vida supongo, que es puta mierda y un pozo de miseria. Visión probablemente influenciada y distorsionada para mal porque se han acabado las vacaciones. 

Dicho esto, Gibraltar: ¿qué? ¿eh? Gibraltar. Venga.

4 comentarios:

  1. Da la ligera impresión, de que no te caen muy bien los ingleses.

    De todas formas, ¿a quien les caen bien?

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  2. Muy poca elegancia y nula información historica para despotricar contra una nación. Ah! y de nada por empezar la Revolución industrial

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  3. Piratas sucios y viles.

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