Odio la Edad Moderna

Odio la Edad Moderna. Cada vez que me preguntan ¿Por qué estudiaste Historia? , y yo tengo que responder, Porque me gusta la Historia me entran ganas de puntualizar: Porque me gusta la Historia, menos la Edad Moderna.

Hala, ya lo he dicho. Ya puede venir la KGB de la Historia a visitarme.

Me parece un periodo que se cree demasiado guay como para no querer juntarse con la Edad Media pero lo insuficientemente desarrollado como para ir con la Edad Contemporánea.

Yo creo que la Edad Moderna es la típica vieja de pueblo que te dice “huy, no vayas con esa, que no es trigo limpio” cuando te pones a estudiar medieval. Solamente por malmeter. A estas alturas, si algún profesor de Historia Moderna me está leyendo, ya le habrá dado un ictus y una embolia mientras balbucea “pero si sacaba buenas notas en Historia Moderna…”. Todo teatro. Sólo fingía para aprobar.

- Colón, date prisa, que vamos a coger el embotellamiento en la salida a América y los niños tienen que ir al baño

Para mí la Edad Moderna es una época de notarios con letra ilegible, guerras de religión, imperios con pies de barro y conquista de América. Bueno, y si me apuras podemos considerar el Renacimiento, pero sigue sin gustarme la Edad Moderna porque Da Vinci no compensa el resto de cretinos.

Pero comprendo perfectamente que para muchos otros sea una época atractiva. También hay gente que les gusta el cuero y los látigos y no por ellos son menos personas. Esa gente ve la Edad Moderna como una era de conquistadores, de exploración y de camisas con chorrerras. Y algo de razón tienen.

Mi abuela tiene unos encajes parecidos. Pero encima del sofá.

La burguesía asciende fuerte en Europa en esta época, hasta entonces solamente había sido un grupúsculo mangoneado por la nobleza. Irónicamente también es la época en la que las dinastías reales se convierten en poderosos imperios más allá de los mares. Lisboa, Sevilla, Nápoles, Roma, París o Viena son ciudades que resuenan fuerte en esos tiempos.

Porque si de algo se caracteriza la Edad Moderna es en su carácter transformador. Los lentos cambios medievales de repente se aceleran: ciencia, tecnología… el mundo. Literalmente, se hace más grande para el ser humano. Y aun así no me gusta.

Llegan a escena fenómenos importantísimos  como el capitalismo o el humanismo, que permiten la construcción de los estados nacionales que conocemos hoy en día. El uso de la pólvora pone fin a una época dominada por los caballeros acorazados y sus cargas de caballería. Valores abstractos sobran fuerza en una sociedad más, valga la redundancia, moderna: el individualismo, el trabajo, el mercado, el progreso…

Arte barroco: Que no quede ninguna superficie lisa y sobria y pon tanto color dorado que parezca el escaparate de un bazar chino.... el horror, EL HORROR

Personajes como el Conde-Duque de Olivares lucharán en los Países Bajos en defensa de una dinastía real que un puñado de años estaría en manos de Carlos II. Los ingleses se calentarán el lomo entre ellos e incluso se declararán republicanos durante unos años. España colonizará el Nuevo Mundo en exclusiva durante un tiempo antes de que más potencias se unan a la fiesta. La Iglesia Católica intentará frenar a los católicos protestantes con la Contrarreforma. Las Trece Colonias se independizan de su metrópoli y se declaran los Estados Unidos de América.

“Pues ocurrieron muchísimas cosas importantes ¿Cómo no te puede gustar?”, estarás pensando. Pues porque para mí, la Edad Moderna es eso que está entre dos periodos que me gustan, la Edad Media y la Contemporánea. Para mí, la Edad Moderna es la lechuga que te ponen en una deliciosa y grasienta hamburguesa: no me gusta.

Ah, y también odio Alatriste, que también es Edad Moderna.