Yo soy
de los que piensan que la historia se escribe todos los días, de forma
discreta. Puede que no sean grandes hechos ni grandes nombres, pero hay
personas y momentos en los que la realidad supera la ficción.
Y eso
precisamente es lo que ha ocurrido en este tiempo que no he escrito porque
estaba con exámenes parciales. Ya siento repetir dos actualizaciones seguidas,
pero es lo que toca.
Para
los que no lo sepáis: el hijo del golpista (Antonio Tejero Díez, hijo de
Antonio Tejero Molina, a partir de aquí Tejero Junior) celebró un “almuerzo no
autorizado” con ilustres personajes del golpismo español. Y nada mas ESPAÑOL
(así, en mayúsculas) que una paella. Salvo, quizá, una deliciosa tortilla de
patatas.
Supongo (y entramos en el terreno de la elucubración) que se
decidieron por la paella porque se le puede echar pollo, ya que todos los
comensales parece ser que compartían una afición por las aves.
El lobby paellero es poderoso, como demuestra aquí Matías Prats
Lo
lógico habría sido reunirse a puerta
cerrada y en secreto, por ejemplo en la casa de alguno de los asistentes para
garantizar intimidad. Pero el lugar elegido para la celebración fue, con dos
cojones, el mismo lugar de trabajo de Tejero Junior: su acuartelamiento de
Valdemoro (Madrid). Quizá si hubiera sido un guardia civil raso, al pedir
permiso a sus superiores, le habrían advertido de la tontería que estaba
planeando pero, al ser Teniente Coronel, sus órdenes no se cuestionaban.
Y sus
órdenes eran que había que celebrar, un 18 de febrero, ese golpe de estado
fallido. Y para ello los propios guardias civiles del acuartelamiento fueron
utilizados para cocinar, limpiar y preparar en general la velada. Hacer unas
oposiciones para acabar de vulgar camarero en la “fiesta de empresa” de inspiración
retro que ha organizado tu jefe no debe tener precio.
DRAMATIZACIÓN (Tejero podría no ser un playmobil)
Guardia
civiles cocineros, viejos amigos golpistas que se reencuentran, paellas festivas…
espero que sonase Manolo Escobar en un cassette para completar este cuadro
sacado de uno de los flashbacks de los Alcántara. Fiesta de lo chabacano y de lo rancio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario