A pesar de que no me gusta hablar de música en público de la
misma forma que no me gusta hablar de política, hoy voy a alegrar a una persona
que conozco y periódicamente me da la brasa intentando averiguar qué tipo de música
escucho. No me gusta hablar de esto, no porque me incomode, válgame el cielo (hay
gustos mucho más execrables en cuanto a música que el mío). No me gusta porque
me parece una cosa difícil de precisar. ¿Qué escucho? A veces soy yo el que me
pregunto eso.
En concreto voy a hablar de este señor.
Hans Zimmer es un compositor que…. no, mejor digamos que es
EL compositor de música épica. Cualquier acción trivial acompañada de alguna de sus canciones puede convertirse en una
cuestión de vida o muerte.
Puede que así, de entrada, no te diga nada su nombre. Lo veo
normal, es un nombre como puede ser Perico el de los Palotes. Pero si te
empiezo a contar que ha puesto la banda sonora a películas como Origen, Piratas del
Caribe, El Código Da Vinci, La delgada línea roja, El último samurái o Black Hawk Derribado…
la cosa cambia.
Hans
Zimmer es uno de los músicos que mas me gustan, como ya es dicho es capaz de
que ir a comprar el pan se convierta en algo superépico, a la altura de Wagner
con su Cabalgata de las Valkirias a todo trapo o la Obertura de 1812
de Tchaikovsky (versión con cañones, que es la que mola). En resumen, que yo a
Hans Zimmer le hacia un hijo.
Pero mal
vale un sonido que mil palabras, conozcamos a don Hans un poco más de cerca:
Y la prueba de que puede hacer épica cualquier cosa:
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