Estas dos semanas anteriores he estado de vacaciones e
incomunicado con el mundo exterior y no he tenido tiempo para actualizar el
blog. El jet lag hizo el resto, convirtiendo esta semana en una espiral de
decadencia horizontal en la que las siestas se enlazaban con el tiempo de
descanso nocturno.
Y de repente, llego a mi hogar y descubro que ha ganado
Trump. ¿En serio? ¿es que no se os puede dejar solos?
La actualización de esta semana va ser algo personal.
Después de que Inglaterra quiera romper con la Unión Europea
con todo ese tema del BREXIT, con ese nacionalismo exacerbado y, en general,
ese aire de superioridad elitista que ha rodeado a Gran Bretaña desde siempre, va siendo hora de que asiente la cabeza y busque algún amigo.
¿Y quién comparte una visión parecida? Donald Trump. Vale que la visión de
Trump está mezclada con toda la filmografía de Charlton Heston y con la “Doctrina
del destino manifiesto”, pero ambos países pueden atender a las cosas que les
unen en estos momentos. Como la xenofobia.
Y esta es mi sugerencia en cuanto a bandera.
Porque hay que reconocer que aliarse con Inglaterra mejorará el gusto y el refinamiento de Estados Unidos. Para ellos Inglaterra es la
tierra de los filósofos como Thomas Hobbes o John Locke. El país que siguió
siendo potencia colonial después de que
Estados Unidos (ombligo del mundo) se emancipara. La tierra en la que estaban
las universidades de Oxford y Cambridge, las más prestigiosas del mundo durante
siglos. Un sitio lleno de aristócratas y tradiciones que se remontaban en el
tiempo. Esa isla libre de indígenas que querían llevarse tu cabellera.
Cuando nosotros pensamos en los ingleses, nos viene a la
mente el equipo olímpico de balconing y la gente con elevado grado de
consanguineidad y alcohol en el cuerpo practicando sexo con nocturnidad en la
playa. Pero para los americanos, los ingleses siempre han sido el súmmum del
refinamiento y el buen gusto. Creo que, a día de hoy, tener acento británico sigue
siendo currículo suficiente como para que te hagan profesor de universidad en
varios estados sureños. Eso, y tener el color de piel correcto.
El Motín del Té seguramente no fue más que una tonta equivocación.
Después de todo, el té se hace con agua; que la cantidad de té respecto a la cantidad
de agua estuviera desproporcionada, seguramente fue un inocente error. Que
confundieran el puerto de Boston con una taza de té, también. Seguramente, el
monopolio del comercio del té por parte de la Compañía de las Indias Orientales
no tuviera nada que ver con el asunto. Y lo mismo ocurre con el caro papel
timbrado que Gran Bretaña obligaba a las colonias a utilizar (y que sólo se
producía en la metrópoli).
Porque después de todo, ¿qué es una guerra de independencia
de nada? ¿Acaso nosotros, los españoles, no abrazaríamos fraternalmente, si
decidiera volver al redil imperial, pongamos un ejemplo, a Venezuela? Vale, mal
ejemplo. ¿A Colombi…? No, tampoco ¿A la Guinea Espa…? Bueno, mejor dejémoslo. Digamos
que con una ex se puede volver.
- Hace falta otro Vietnam para enseñar a esos comunistas lo que es debido
- Totalmente cierto, Liberty Washington.
Gran Bretaña fue tu primera novia, Estados Unidos, pero
ahora las cosas son diferentes. En aquellos tiempos, ella quería un novio
sumiso del que aprovecharse y reconozco que
también era un poco manipuladora. Quería que dependieras de ella para
todo y cualquiera era capaz de ver que la relación era muy desigual y estaba
abocada al fracaso.
Pero mírate ahora, Estados Unidos. Has sido la cuna de
grandes movimientos musicales, como el blues, el jazz, el rap de la Costa Este,
el rap de la Costa Oeste, el rock. Tus intelectuales se forman en Harvard y tus
macarras en New Jersey. Has sido el país pionero en dedicar el Canal Historia a
Adolf Hitler (primero) y a los aliens (después). Además, gracias a la
globalización, los americanos no tendrán que renunciar a sus platos típicos de
comida local, como las hamburguesas del McDonald’s o las hamburguesas del Burger
King.
América está jodida. Gran Bretaña está jodida. Haced como ya
hicieron Tony Blair y George Bush, y abrazaros cordialmente.
Ahora, más que nunca.
Make America British again.
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