domingo, 20 de noviembre de 2016

Make America British again



Estas dos semanas anteriores he estado de vacaciones e incomunicado con el mundo exterior y no he tenido tiempo para actualizar el blog. El jet lag hizo el resto, convirtiendo esta semana en una espiral de decadencia horizontal en la que las siestas se enlazaban con el tiempo de descanso nocturno.
Y de repente, llego a mi hogar y descubro que ha ganado Trump. ¿En serio? ¿es que no se os puede dejar solos?

La actualización de esta semana va ser algo personal.

Después de que Inglaterra quiera romper con la Unión Europea con todo ese tema del BREXIT, con ese nacionalismo exacerbado y, en general, ese aire de superioridad elitista que ha rodeado a Gran Bretaña desde siempre, va siendo hora de que asiente la cabeza y busque algún amigo. ¿Y quién comparte una visión parecida? Donald Trump. Vale que la visión de Trump está mezclada con toda la filmografía de Charlton Heston y con la “Doctrina del destino manifiesto”, pero ambos países pueden atender a las cosas que les unen en estos momentos. Como la xenofobia.

Y esta es mi sugerencia en cuanto a bandera.

Lo mejor que podría hacer Trump es arrodillarse ante la Reina de Inglaterra, como sus vecinos canadienses. La única forma de potenciar su imagen se aleja de los rascacielos dorados y pasa por fundar un partido monárquico en Estados Unidos con el lema “por el Rey y la Patria”. Y dejándose bigote-patilla carlista que eclipse lo popular de su pelo cardado como el de una abuela. Un generoso bigote-patilla no sólo le tapará la papada, además reforzará su patriotismo y faceta de “mala bestia” si lleva siempre un puro a medio fumar. Todo ventajas.

Porque hay que reconocer que aliarse con Inglaterra mejorará el gusto y el refinamiento de Estados Unidos. Para ellos Inglaterra es la tierra de los filósofos como Thomas Hobbes o John Locke. El país que siguió siendo potencia colonial después de que Estados Unidos (ombligo del mundo) se emancipara. La tierra en la que estaban las universidades de Oxford y Cambridge, las más prestigiosas del mundo durante siglos. Un sitio lleno de aristócratas y tradiciones que se remontaban en el tiempo. Esa isla libre de indígenas que querían llevarse tu cabellera.

Cuando nosotros pensamos en los ingleses, nos viene a la mente el equipo olímpico de balconing y la gente con elevado grado de consanguineidad y alcohol en el cuerpo practicando sexo con nocturnidad en la playa. Pero para los americanos, los ingleses siempre han sido el súmmum del refinamiento y el buen gusto. Creo que, a día de hoy, tener acento británico sigue siendo currículo suficiente como para que te hagan profesor de universidad en varios estados sureños. Eso, y tener el color de piel correcto.



El Motín del Té seguramente no fue más que una tonta equivocación. Después de todo, el té se hace con agua; que la cantidad de té respecto a la cantidad de agua estuviera desproporcionada, seguramente fue un inocente error. Que confundieran el puerto de Boston con una taza de té, también. Seguramente, el monopolio del comercio del té por parte de la Compañía de las Indias Orientales no tuviera nada que ver con el asunto. Y lo mismo ocurre con el caro papel timbrado que Gran Bretaña obligaba a las colonias a utilizar (y que sólo se producía en la metrópoli).

Porque después de todo, ¿qué es una guerra de independencia de nada? ¿Acaso nosotros, los españoles, no abrazaríamos fraternalmente, si decidiera volver al redil imperial, pongamos un ejemplo, a Venezuela? Vale, mal ejemplo. ¿A Colombi…? No, tampoco ¿A la Guinea Espa…? Bueno, mejor dejémoslo. Digamos que con una ex se puede volver.

- Hace falta otro Vietnam para enseñar a esos comunistas lo que es debido
- Totalmente cierto, Liberty Washington.

Gran Bretaña fue tu primera novia, Estados Unidos, pero ahora las cosas son diferentes. En aquellos tiempos, ella quería un novio sumiso del que aprovecharse y reconozco que  también era un poco manipuladora. Quería que dependieras de ella para todo y cualquiera era capaz de ver que la relación era muy desigual y estaba abocada al fracaso.

Pero mírate ahora, Estados Unidos. Has sido la cuna de grandes movimientos musicales, como el blues, el jazz, el rap de la Costa Este, el rap de la Costa Oeste, el rock. Tus intelectuales se forman en Harvard y tus macarras en New Jersey. Has sido el país pionero en dedicar el Canal Historia a Adolf Hitler (primero) y a los aliens (después). Además, gracias a la globalización, los americanos no tendrán que renunciar a sus platos típicos de comida local, como las hamburguesas del McDonald’s o las hamburguesas del Burger King.

América está jodida. Gran Bretaña está jodida. Haced como ya hicieron Tony Blair y George Bush, y abrazaros cordialmente.

Ahora, más que nunca.



Make America British again.

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