lunes, 30 de octubre de 2017

Drogas a lo largo de la Historia (vol.II)



[Lord Timothy Worsworth-Moriarty III llega corriendo sin resuello] Siento el retraso, el domingo me surgió una cosilla  y no pude hablar de lo que quería hablar. Supongo que un puñado de horas tarde sigue siendo una cosa aceptable ¿no?

Empecemos rápido con la segunda parte. No, no sé dónde conseguir las drogas de las que hablo. Incluso soy una persona que no fuma ni bebe alcohol ¡así que todo esto es solamente la parte teórica!
La práctica ya tal.

La Edad Media estaba chula, con su hachís moruno y sus cosas, pero con la Edad Moderna se abrió la veda a una nueva droga: el tabaco. En américa ya se conocía desde antes, obviamente, pero estoy teniendo una perspectiva eurocentrista para simplificar un poco las cosas. En el siglo XVI ya se menciona el tabaco en tratados de medicina por su poder calmante. No creáis que los conquistadores españoles iban fumándose puros como brazos de gitano, las primeras formas de consumo del tabaco fueron aspirado o masticado.

- ¿Y tú por qué fumas?
- ¿Yo? p'acerme el chulo

¿Pero por qué quedarnos con el tabaco si podemos hablar de coca? Los pueblos andinos la utilizaban desde haca la tira de tiempo (más de 5.000 años, para los curiosos) como forma de minimizar el esfuerzo físico provocado por la altitud. En los estratos más bajos de la sociedad precolombia y colonial se utilizaba la hoja de coca como paliativo para soportar las duras condiciones de trabajo. Nada raro si tenemos en cuenta que de ella se extrae la cocaína, que te pone como una moto.

Y eso no es nada, con la entrada de la Edad Moderna empezaron a perfeccionarse los métodos de producción. Las nuevas formas de crear bebidas hicieron popularizarse los alcoholes destilados. Ya no hacía falta los alcoholes fermentados de baja graduación, habían llegado las ginebras que triplicaban la graduación. Cogerte ciegos era mucho más fácil y la sociedad se transformó más de lo que sospechamos.

Para que veáis que no me lo invento, aquí os pongo dos grabados diseñados juntos: Beer Street and Gin Lane (1751). Podría hacer un puto especial sobre esos dos grabados, ahora que estoy tan metido en la Historia del Arte. Pero simplemente comparad la felicidad y la prosperidad del grabado de Beer Street con la oscuridad y fatalismo de Gin Lane y os podréis hacer una idea de lo que supuso el alcohol destilado para las clases más bajas.




Y llegamos a los procesos de independencia de los países de Latinoamérica, así que hay que volver a las hojas de coca. Como podréis imaginar, marchar por los caminos de un territorio colonial no era lo mejor de lo mejor para los soldados. Desde las altas montañas andinas a las zonas pantanosas, de los desiertos a las junglas, de la Patagonia a la zona tropical, marchaban soldados para combatir por una u otra razón. Y la mejor forma de estimular a esos soldados y que toleraran terrenos tan diferentes era con la hoja de coca.

No era  que consumieran coca de vez en cuando, era que en muchas ocasiones se comía la hoja de la coca como alimento. Pasada la etapa de recelo inicial, las hojas de coca se habían asentado como un alimento fácil de cultivar y barato, y por aquel entonces se comía como quien se come una ensalada.

Pasamos otra vez al tabaco. En los primeros momentos la Corona Española tiene el monopolio del tabaco, pero luego se meten franceses, ingleses y portugueses a por su parte del pastel. Con la llegada de la Revolución Industrial el proceso artesano de liado de puros se automatizó, abaratando costes y haciendo mucho más accesible el tabaco. Deja de ser un vicio de señoritos que fuman en distinguidas pipas y se generaliza hasta cifras que nos alarmarían hoy en día.

Entrañables fumadores de opio chinos adecuadamente almacenados.

El opio se conocía desde hacía siglos (Morfeo dormía a la gente con una amapola, planta de la que se extrae el opio) aunque había permanecido en una escena mucho más marginal, ligado casi a la hechicería hasta entrado el Renacimiento. Cuando los ingleses empezaron a entablar negociaciones comerciales con los indios, redescubrieron esta droga y la distribuyeron por todo su imperio colonial.

La East India Company es famosa por su comercio con el té y la seda, pero también comerciaban con otros productos exóticos. Sus comerciantes/contrabandistas se lucraban ENORMEMENTE vendiendo el opio (comprado en puertos indios) en los puertos chinos. Tal era la situación que estalló la Guerra del Opio entre China y las potencias coloniales que traficaban con el opio porque existía una población de millones de yonkis chinos pero, una vez más, la Guerra del Opio es material para una entrada por sí misma.

Y dejamos lo que queda para un último capítulo. Cerramos los últimos coletazos del siglo XIX y nos metemos en el siglo XX, que también tiene miga.






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